Fuente y Redacción Editorial: Presidencia El Faro Luz y Ciencia, lunes 19 de octubre de 2020, Ciudad de México.
Entrevistado por: Valeria Cuevas* Miembro de la Red El Faro para la Agenda 2030.
Con el pleno compromiso de redoblar los esfuerzos por alcanzar las metas comunes globales acordadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas ante un escenario de consecuencias sanitarias, sociales y económicas resultantes de la pandemia COVID-19, y para acercar la información asertiva, hemos realizado una serie de entrevistas a los principales actores multilaterales internacionales: los Organismos Internacionales Gubernamentales; con el fin de dar a conocer las propuestas, recomendaciones y acciones a favor de esta Agenda tan importante para la humanidad y el planeta.
Es por ello que en esta ocasión los invitamos a leer la entrevista exclusiva a la Lic. Teresa Guerra Favela Encargada de Estadísticas y Gestión de Conocimiento y la Lic. Nayeli Sánchez Coordinadora de la Iniciativa Spotlight en ONU Mujeres México.
En las últimas décadas se han logrado importantes avances en materia de igualdad y equidad de género pues actualmente existe un mayor porcentaje de niñas que pueden acceder a la educación, se suma el liderazgo para las mujeres en los parlamentos y la esfera pública siendo más paritarios o están en camino de serlo; mientras que en materia de leyes han sido reformadas para fomentar la paridad y una mejor representación de las mujeres. Sin embargo, aún queda un largo tramo por recorrer para que todas las mujeres y niñas gocen plenamente de sus derechos sin que existan limitantes; cumpliendo así con uno de los principales cometidos de la Agenda 2030 que es el de “no dejar a nadie atrás” y en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: Igualdad de Género.
Leer: Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas
Para esta edificación, existen actores que son fundamentales para impulsar iniciativas, propuestas, políticas públicas y esfuerzos necesarios para promover la igualdad de género, en el cual, la ONU Mujeres se ha convertido en una organización trascendental para alcanzar dicha meta siendo el encargado de Naciones Unidas en promover el empoderamiento de las mujeres, la igualdad de género y la mejora de las condiciones de vida de las mujeres.
Es por ello que en esta ocasión, tuvimos la oportunidad de entrevistar a dos expertas en materia de igualdad de género quienes se desempeñan dentro de ONU Mujeres en México:
La Lic. Teresa Guerra Favela, quien es egresada de la Carrera de Sociología, de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM; actualmente siendo la Encargada de Estadísticas y Gestión de Conocimiento de este Organismo. Ha colaborado en UNIFEM y posteriormente en ONU Mujeres desde hace 15 años. Ha participado en la coordinación de diversos programas y diversas publicaciones en materia de estadísticas de género, cuidados, violencia contra las mujeres y feminicidio, entre otros.
Por su parte, la Lic. Nayeli Sánchez se ha desempeñado durante varios años en el esquema de Naciones Unidas, primero en cuestiones de Medio Ambiente, después hacia temas de delitos y teoría criminal, especializada en feminicidio. De igual forma, ha tenido vinculación con gobierno y la sociedad civil. Actualmente, es la Coordinadora de la Iniciativa Spotlight, “para eliminar de violencia contra las mujeres y las niñas” en ONU Mujeres México.
Conocer: Iniciativa Spotlight
Escuchar entrevista:
¿Qué acciones de alto impacto promueve ONU Mujeres para favorecer el cumplimiento del ODS 5: Igualdad de Género?
Es importante considerar que ONU Mujeres se creó en 2010 con un triple mandato: normativo, programático y de coordinación inter agencial. Dicho mandato normativo está ligado con la acción de impulsar y cerciorarse de que los convenios internacionales en materia de igualdad de género se estén cumpliendo correctamente. En este sentido, acompañamos al gobierno en sus distintos niveles, al Estado como tal, a organizaciones de la sociedad civil, al sector privado y otros Organismos Internacionales, para articular los esfuerzos y que se garantice el marco normativo, las leyes y políticas que promueven y permiten esta igualdad.
En cuanto a la coordinación Inter-Agencial, se busca asegurar que todas las agencias del Sistema de Naciones Unidas incorporen la perspectiva de igualdad de género en sus mandatos, proyectos y actividades realizadas. Es decir, nos aseguramos de que las acciones estén coordinadas bajo esta perspectiva para así tratar de generar puentes con todos los actores.
Por su parte, para el eje programático se busca impulsar esta igualdad basándonos en un plan de trabajo de cinco años con el que se desarrollan e implementan proyectos que tengan un impacto en la vida de las mujeres y en la igualdad. En este rubro existen cinco áreas de trabajo sustantivo:
1.- Vinculado con usar liderazgo y voz de mujeres a nivel local e internacional.
2.- Planes políticos y presupuestos públicos donde planteamos cómo realizar una articulación para que la política pública se base en la perspectiva de género y que retome lo que menciona la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer CEDAW sobre la incorporación de acciones afirmativas para asegurar el acceso igualitario a derechos y oportunidades.
3.- Empoderamiento económico de las mujeres: para éste se tienen varios proyectos en esta materia para impulsar la formación para el emprendimiento; tal proyecto llamado “Segunda Oportunidad” está diseñado para capacitar a las mujeres, para asegurar el acceso y la continuación de su educación, así como para fomentar las habilidades técnicas. De igual forma, tenemos el Modelo “Avancemos por la Igualdad”, basado en una articulación con el sector privado para garantizar la igualdad salarial y una mejor preparación de las mujeres.
4.- El Área de Mujeres, Paz y Seguridad que busca impulsar el hecho de que las mujeres tengan una participación más visible y de impacto en los procesos de construcción de paz y solidaridad social.
5.- La Violencia Contra las Mujeres: contamos con la Iniciativa Spotlight, el Programa Ciudades y Espacios Seguros para Mujeres y Niñas; trabajamos estrechamente con la Academia para generar conocimiento y estadísticas para que éstas sean utilizadas para orientar el diseño y evaluación de políticas públicas. Por ejemplo, en materia de estadística, México tiene un liderazgo importante por el trabajo con Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI y con Instituto Nacional de las Mujeres INMUJERES del Gobierno de México, por lo que se han impulsado temas de vanguardia que hacen visible la brecha de desigualdad. En este sentido, destaca la creación en 2018 del Centro Global de Excelencia en Estadísticas de Género que es un centro único a nivel mundial entre ONU mujeres e INEGI que se dedica a innovar en temas de metodologías, de fomentar la articulación y cooperación técnica para el impulso de más y mejores estadísticas de género.
¿Cuáles consideran que son los obstáculos, prácticas y problemas que siguen perpetuando la desigualdad de género?
Es necesario remarcar la relevancia que tiene la Agenda 2030 en relación con el destacado posicionamiento que le ha dado a la Igualdad de Género, en comparación a su predecesor en los Objetivos de Desarrollo del Milenio ODM (2000-2015) en la que quedaba acotada, es decir, se abrió la posibilidad de que el género quede plasmado de manera transversal en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, aterrizando de manera precisa en el ODS 5. Esta incorporación transversal nos permite avanzar porque se identifican obstáculos estructurales, sistemáticos, históricos que parten de la discriminación, de la desigualdad y de la interseccionalidad, y que permite adentrarnos, acércanos y profundizar con otras áreas emergentes transversalizada en esta Agenda.
«El ODS 5 es un objetivo dinamizador porque acepta que no hay desarrollo sin que se garantice la igualdad de género».
ONU Mujeres
Dentro de los obstáculos que encontramos para el cumplimiento de las metas del ODS 5, es el trabajo de cuidado, dado que ha impedido que muchas mujeres históricamente puedan gozar de los mismos derechos económicos, de desarrollar sus capacidades y de percibir un salario en condiciones de igualdad, puntos que han recaído desproporcionadamente en las mujeres, limitando su igualdad. Por ejemplo, en México este impuesto culto que cargan las mujeres representa alrededor del 23. 5% del PIB. Dicha contribución económica es superior a lo que algunas industrias como el turismo aporta y ocurre que las mujeres dedican el triple de horas a estos trabajos y no se les valora. Por ello, se deben garantizar los derechos tanto de quienes cuidan, de manera remunerada y no remunerada, a las trabajadoras del hogar; así como a la contribución que niñas y mujeres realizan al interior del hogar de manera gratuita y que limita su quehacer cualificado.
Otro obstáculo, es el desafío que aún persiste en la participación de mujeres en el ámbito público y en la política. Basta ver los datos de cuantas Presidentas Municipales existen actualmente, el número de mujeres que son Directoras de empresas, en contraste de aquellas que no pueden participar en sus comunidades. Si bien es cierto que existen avances en la paridad, es necesario lograr más en la implementación, pues existe un marco normativo fuerte donde hay áreas de oportunidad, pero el desafío reside en que realmente se cumpla y se genere una igualdad sustantiva y de oportunidades.
También se encuentra la violencia contra las mujeres, punto de alarma vigente, donde es destacable la vinculación entre este ODS 5 y el ODS 16 añadiendo los delitos graves al respecto, y asumirlo como un asunto público y no sólo de carácter privado. En esta materia, es relevante que la Iniciativa Spotlight fomenta el trabajo Inter-agencial para trabajar de manera conjunta porque se reconoce sólidamente el papel de ONU Mujeres en el Sistema De Naciones Unidas para transformar todos los otros objetivos, respondiendo a temas específicos, como el caso de violencia contra mujeres.
Actualmente, se trabaja en materia de feminicidios en Latinoamérica, pero también en otros temas indispensables para los continentes, por ejemplo, en el Pacífico se abordan temáticas de trata de personas, en África está la cuestión de mutilación genital; es decir, hay un abordaje a nivel mundial y local en cada programa por lo que en cada país se hace una apropiación de cómo resolver una parte del problema de violencia contra las mujeres. En ese sentido, es relevante reconocer que hay trabajo en materia de derechos pero aún hay muchos retos que ya están establecidos en instrumentos como la CEDAW pero que siguen siendo poco consistentes en los países; por ello se trata de renovar los compromisos con las convenciones marco y renovar, a través de la Agenda, la vinculación sobre otro tipo de violencia contra las mujeres como puede ser el matrimonio infantil, el trabajo doméstico no remunerado o todas las dinámicas sociales que ponen a las mujeres en situación de vulnerabilidad.
Siempre hemos tenido una visión más amplia no solo del derecho y violencia contra mujeres sino de cómo es indispensable trabajar de manera precisa en todas las formas de violencia que muchas veces escapan al conocimiento público. Lamentablemente la violencia ha evolucionado y se vuelve más compleja, pero tenemos una visión más clara sobre lo que se tienen que responder.
¿Cómo surgió la Iniciativa Spotlight? ¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta esta Iniciativa para incidir positivamente en la vida de mujeres, niñas y adolescentes?
La Iniciativa surgió gracias al trabajo conjunto a un alto nivel de Naciones Unidas, ya que la Unión Europea UE tenía también el interés en realizar una alianza global para atender la violencia contra las mujeres, por lo que se dio el diálogo y de ahí derivó esta Alianza sin precedentes, generando inicialmente que se destinaran 500 millones de euros desde la UE.
Posteriormente se hizo una invitación a los países que eran altamente prioritarios, es decir, los de mayor vulnerabilidad en cada uno de los continentes, donde uno de los objetivos era focalizar los recursos y trabajar sobre un tema de manera consistente y no dispersarlo, de manera que fueran evidentes los esfuerzos. Se hicieron llamados paralelos en África, Asia y Latinoamérica, y ahora se están incorporando el Caribe y otros países latinos que no estuvieron en la primera etapa.
Una vez identificados los temas claves en materia de violencia, hubo una discusión a nivel del Secretariado, creado específicamente para la Iniciativa Spotlight, para establecer los planes y las prioridades para cada uno de los programas en los países. Con relación a Latinoamérica, se determinó que el feminicidio era la principal prioridad de la región, sobre todo para los países de mayor vulnerabilidad, y aunque originalmente México no fue incluido el beneficio por ser un país de desarrollo medio, junto con Argentina, se hizo una excepción por sus tasas de feminicidio.
El programa se constituyó en cada uno de los países a través de consulta y diálogo con los Gobiernos tanto nacionales como regionales-locales de los territorios a intervenir; se hicieron consultas con la sociedad civil para establecer cuales tendrían que ser las prioridades del programa país y posteriormente para saber las formas de intervención para esas prioridades. Asimismo, es importante mencionar que existen 6 pilares que rigen esta iniciativa:
1- Marcos normativos,
2- Desarrollo institucional,
3- Prevención y cambio de normas,
4- Servicios especiales de calidad,
5- Datos de calidad,
6- Movimientos amplios de mujeres.
La pandemia por COVID-19 ha vulnerado los derechos, la seguridad y la integridad de miles de mujeres y niñas a nivel mundial y nacional. ¿De qué forma la Iniciativa Spotlight impulsa la prevención y atención de la violencia de género producida durante el confinamiento?
Dentro de la Iniciativa se revisó el presupuesto para poder establecer fondos en materia de COVID-19 como respuesta a un llamado mundial frente a la pandemia. En las prioridades del Plan COVID-19, el cual se diseñó con Agencias, la Unión Europea y Gobiernos, se decidió otorgar kits de protección personal para las organizaciones e Instituciones que atienden a mujeres víctimas de violencia y para las adolescentes, niñas y bebés que han tenido que abandonar los refugios.
También se trabajó en una campaña de difusión a través de la cual circuló un video a nivel nacional con relación al fortalecimiento de la denuncia y la prevención de la violencia feminicida contra las mujeres y las niñas. Con ello, se buscó generar un llamado de atención para que las mujeres estuvieran preparadas para salir en cualquier momento en caso de que estuvieran en riesgo. Este mensaje es relevante porque iba en contra de las indicaciones generales de mantenerse en casa, pero precisamente buscábamos comunicar a las mujeres que la violencia feminicida no va a parar y que era necesario salir en caso de peligro.
«Buscar una ruta de fortalecer las redes entre mujeres, tratando de apelar a toda la movilización femenina que hubo antes de la pandemia».
ONU Mujeres.
De igual forma, se hicieron capacitaciones con las personas encargadas de atender las llamadas al 911 para fortalecer la atención y los recursos de prevención de la violencia feminicida de manera plenamente consistente. Asimismo, estamos por dar recursos para la etapa de la crisis económica; recursos destinados para organizaciones de la sociedad civil, por ser organismos de base de primera respuesta que requieren el fortalecimiento. También se plantea el otorgar recursos para mujeres y niñas que están saliendo de refugios durante el COVID-19 para garantizar que puedan tener la sostenibilidad económica durante un periodo de 3 a 6 meses y así garantizar su seguridad.
Existe un diálogo con el Gobierno Federal para vincular e impulsar los programas de autoempleo que ellos impulsan en el marco de la crisis con el propósito de que puedan ser secuenciales los apoyos económicos. Buscamos mantener este diálogo fortalecido a fin de que el gobierno siga impulsando medidas e intervenciones preventivas para que se contemplen los problemas que están surgiendo durante la pandemia y que están afectando a las mujeres.
De manera general, se ha trabajado en tener una estrategia que dé respuesta pronta y que haga evidente que las mujeres son imprescindibles en la atención, respuesta y recuperación frente a la pandemia. Es importante reconocer que el impacto del COVID-19 es diferenciado, porque está afectando más a mujeres y niñas en diversos sectores, sobre todo a las que se encontraban en sector de vulnerabilidad y las que están en el sector sanitario.
Desde la oficina de ONU Mujeres en México también se han lanzado iniciativas relevantes como el programa “Ciudades seguras para mujeres y niñas” donde se capacita a policías municipales y al funcionariado para prevenir los riesgos que enfrentan las mujeres; se han colocado carteles en farmacias y tiendas de autoservicio con información sobre líneas de ayuda; se generaron materiales de radiodifusión diversos y en lenguas indígenas para asegurarnos de que el mensaje llegue a todos lados; y se han desarrollo diferentes herramientas tecnológicas para reducir la brecha tecnológica que se evidenció con esta pandemia. De igual forma, se ha trabajado constantemente para tener más y mejores datos que orienten las políticas públicas y las hagan más efectivas ante los problemas, por ejemplo, estamos en la recopilación de datos para formular una georeferenciación que permita entender porqué la violencia se presenta más en ciertas zonas.
¿Qué ámbitos deberían de fortalecer las instituciones tanto civiles como gubernamentales en México a fin de generar espacios más seguros e incluyentes donde se promueva realmente la igualdad de género y se ayude a prevenir todo tipo de violencia contra las mujeres?
Es necesario fortalecer la gobernanza para la igualdad, es decir, que exista una vinculación entre todos los mecanismos e instrumentos tanto del Gobierno Federal y otros Instituciones del Estado, así como una importante articulación con los diferentes niveles de gobierno. Existe un desafío para la articulación y armonización de políticas nacionales con las políticas, leyes y normas y presupuestos desarrollados a nivel estatal y municipal.
Asimismo, es necesario fortalecer la voz de las organizaciones civiles de base y reconocer el trabajo de las de sobrevivientes y/o víctimas de violencia de género porque hay muchos aprendizajes que provienen de la experiencia. También se debe contribuir a un trabajo de construcción de confianza; por ejemplo, a nivel mundial hay muchas referencias de intervención para violencia contra mujeres e igualdad, por lo que es importante construir diálogo entre quienes buscan los mismos objetivos e intereses. En este proceso juegan un papel estratégico las Naciones Unidas y otros Organismos Internacionales de cooperación porque parte de los problemas que enfrentamos como sociedad es que no existe un diálogo suficiente entre las múltiples polarizaciones que existen.
Otro desafío, claramente es la pandemia actual, porque la meta de intervenir en materia de violencia e igualdad se vinculaba con la transformación de los espacios públicos y no tanto de los privados porque implicaba muchas más transformaciones desde la educación hasta cuestiones familiares. Antes podíamos transformar la discriminación en estos espacios, como en el trabajo o en la vía pública. Sin embargo, cuando se regresa al ámbito privado tenemos más límites, es por ello que estamos construyendo mecanismos de respuesta que incidan en el ámbito privado, es decir, otras formas de comunicación y de hacer llegar las campañas a fin de tener otra forma de intervenir.
Es necesario destacar que siempre quedan espacios de mejora por aquellos vacíos que permanecen en leyes o programas de protección de las mujeres y el impulso de la igualdad. De igual forma, en materia de datos se necesita fortalecer la discusión técnica para avanzar hacia decisiones más consistentes de intervención y alcance. Debemos reconocer que hay un marco normativo que nos permite guiar las acciones, como el caso de la CEDAW, y que de ahí partimos para ir fortaleciendo el camino y el trabajo.
«Debemos actuar para potenciar esta nueva realidad a fin de que en verdad exista una igualdad ya que no queremos una nueva normalidad sin igualdad».
ONU Mujeres.
Esto se relaciona con una línea importante para ONU Mujeres que es el empoderamiento económico porque poder ampliar las oportunidades y el panorama de mujeres y niñas, es una medida trascendental de prevención y de autonomía económica frente a la violencia contra las mujeres. En ONU mujeres buscamos la manera de que los programas y proyectos estén articulados y vinculados para que se impulse lo que señala la Agenda 2030 en referencia a que no se debe de trabajar por siglos o por un programa sino existe de manera transversal.
¿Qué podemos hacer para apoyar y, sobre todo, fomentar el empoderamiento para las mujeres que enfrentan desafíos y limitantes en el camino por alcanzar el pleno goce de sus derechos y la igualdad de oportunidades (en el ámbito político, económico, público, cultural, ciencias)?
Una de las cuestiones más importantes para alcanzar plenamente la igualdad de género radica en el cambio cultural, aunque sea una cuestión más progresiva. Actualmente tenemos un trabajo acumulado a través de diferentes actividades, destacando el caso de las campañas de comunicación como el de HeForShe que ayudan a apuntar el compromiso general, ya que la igualdad de género no es solo una cuestión de las mujeres, el cual no será posible sin el compromiso de todas y todos, es decir, se busca apelar al compromiso personal, institucional y del Estado para que esta igualdad realmente se pueda dar.
El cambio cultural parte del reconocimiento propio, pues está tan naturalizada la desigualdad, los roles de género y actos de violencia que muchas veces es difícil reconocer los problemas; por ello, es importante impulsar también las prácticas de masculinidades positivas ya que a veces se enfoca todo en que las mujeres se hagan responsables de esta igualdad cuando es un asunto de todas y todos, es una cuestión de corresponsabilidad y por ello es necesario empezar a desarmar las ideas erróneas del género.
El mensaje de la Agenda 2030 relativo al ODS 5 y sus metas es claro:
«No puede haber desarrollo sostenible sin igualdad de género»
Tenemos que trabajar de manera articulada en esta Agenda y sobre todo, multiplicar las acciones y esfuerzos ante el marco del COVID-19 a fin de potenciar los recursos y las áreas de oportunidad que tenemos.
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