De: José Pulido Mata*
Cuento corto sobre la correspondencia entre el señor R. López y el Dr. Diablo.
Querido Dr. Diablo, ser arcano de oscuridad y de tiniebla:
Siempre he querido ser escritor, pero no uno de esos pobretones bohemios que se vuelven famosos hasta después de muertos, no, no, señor, yo quiero ser rico y famoso en vida, hermano, en vida. Me quiero pasear por todas las ferias del libro del mundo, que me hagan homenajes y me den muchos doctorados honoris causa, ¡MUCHOS! Quiero ser el próximo Carlos Fuentes, el Murakami de Occidente, el Dan Brown latino, la J. K. Rowling pero en hombre… ¡¡¡Lo quiero todo!!! Lo malo es que ninguna editorial prestigiosa cree en mí. Ni siquiera la cartonera de la esquina quiso publicar mi primera novela, que es la primera parte de una saga que lleva por título: La conspiración secreta de la cofradía misteriosa.
SINOPSIS: Un detective jubilado y exmariscal de campo de los Pieles Rojas, el teniente Steven Johnson, sigue las pistas de un asesinato en la Casa Blanca en el que su única hija se vio implicada. Él no cuenta con que la Gestapo y los Illuminati le han tendido una trampa y va tras las huellas del verdadero asesino para liberar a la simpática Sara Lee Johnson de la prisión de Guantánamo, donde es torturada a diario por un ser misterioso que lleva un tatuaje de un compás y una escuadra en la mano izquierda. ¿Podrá el exdetective Johnson desentrañar los secretos que se esconden detrás de las misteriosas llamadas que recibe a diario de un personaje encapuchado que se hace llamar “La Sombra”? ¿Logrará pasar inadvertido en los rituales vampíricos de los Illuminati para evitar así la inminente llegada de una Tercera Guerra Mundial? ¿Será capaz de viajar en el tiempo hasta la mismísima Edad Media para aprender la magia de los druidas y los crípticos secretos de las antiguas runas zombis?
Cómo explicar la gran desilusión que me embarga, doctor, pues quizá mi saga jamás vea la luz. ¿Usted qué piensa? ¿Qué me recomienda? ¿Le agrego más zombis?
Atte.
R. López
—CONTESTACIÓN—
Mi embargado amigo don Juan Ramón:
Densa y caudalosa es la mar de pena que me empapa al saber que su talento es poco apreciado por los magnates del emporio de los libros. Esos avariciosos intermediarios de la lectura nomás no reparan cuando de cortar sueños, alas y esperanzas se trata, qué bárbaros. Pero que no decaigan esos ánimos, mi ahíto compinche, y antes de que cometa cualquier tontería, como salir por la puerta falsa o autopublicarse en Amazon®, déjeme preguntarle algo: ¿ha intentado ya dedicarse a escribir literatura infantil?
Sí, escuchó bien: la literatura infantil. Sepa que tengo cuates que escribiendo peor que usted y cansados del fracaso le entran a este género comercial y ¡BUM! ¡Éxito! Así que… ¿por qué no intentarlo?
Muchos piensan que “escribir para niños” es fácil, creen que se trata de escribir para retrasados mentales, pero no… bueno, no necesariamente; hay que quebrársela tantito: hay que escribir pensando en lo que los editores piensan que es un niño, o sea, diversión, colores, letras chuecas, retraso mental, sonrisas, juegos y jardines con albercas. Por eso, lo reto a que reconfigure su saga llena de intriga Illuminati y esas cosas y ponga de personaje central a un niño… Momento, ya lo estoy viendo:
SINOPSIS: El pequeño Stevie Johnson pasa sus vacaciones en la casa de su abuela y sigue las pistas del robo de unas galletas en el que su mascota se vio implicada. Él no cuenta con que sus padres y su maléfica tía le han tendido una trampa con tal de llevarlo al dentista. Mientras, él irá tras las huellas del verdadero ladrón para evitar que el perro Morita sea “dado en adopción”, o sea, entregado a la merced de un tipo con traje blanco que tiene una cicatriz de mordida en la mano izquierda y una máquina para electrocutar. ¿Podrá el pequeño Stevie desenmarañar el secreto que esconde el viejo feo que le toma fotos en el parque? ¿Logrará pasar inadvertido en los novenarios de su abuela para evitar que las demás viejitas le aprieten los cachetes? ¿Será capaz de adentrarse en la oscuridad del sótano para desempolvar la ouija y las revistas pornográficas que su tío dejó escondidas?
Pues bien, mi querido J. R. López, ¿ya ve que basta con ser un poco más asertivo y menos artista para convertirse en un verdadero artista? Entienda que la malentendida literatura infantil tiene un espacio para los fracasados como usted. Así que ya tiene mi bendición, ya puede seguir persiguiendo su sueño. Reciba mis parabienes.
Atte.
Dr. Diablo
*Maestro en Diseño y Producción Editorial.