De: Cecilia Infante*
Ensayo literario corto de verso libre.
Existe el tiempo, se hace el tiempo, se camina en él; ¿o se pierde uno en su fantasía…? Nos imaginamos pasados, presentes y futuros; hacemos alegorías de épocas ya ausentes; nos mezclamos con su ironía; y, en ocasiones, nos exige esbozar una sonrisa anticipando sus novedades y algunas incertidumbres. Lo esperamos deseando adivinar lo que nos traerá… Cuando tenemos una cuestión de salud medimos el tiempo según nuestra forma de vida. En ocasiones vislumbrando el amanecer, como si esto fuese el asertivo de las conclusiones. Tiempo mágico transcurre, horas de pensamientos, instantes de zozobra, de inquietudes, y, al final, de emociones en traducción. Tiempo, siempre el tiempo, nos agobia por momentos, nos acapara la visión sin miramientos; nos llena de intriga, nos mantiene en suspenso. Nos aletarga por instantes, nos da vida fresca por minutos y nos enseña que las horas son más fáciles, cuando son ligeras. Siempre Bendito Tiempo… Esperar, dar, recibir, perder, ganar, enmendar, todo eso y más, se hace en esos espacios fortuitos, pues al caminar, van dejando su propia huella.
…Y pasan instantes infinitos y al unísono de majestades y plebeyos, en cuántica mayúscula, vertiginosa y volátil se descubre la vida. Entre escritores y pintores, entre científicos y profesores, la vida toma un curso en ocasiones insospechada. Me dicen todo pasa aquí y a la misma hora; reflexiono y observo, si es verdad que todo pasa, o más bien todo queda. ¿Queda plasmado en ecos infinitos que se multiplican en cuanto encuentra a su cómplice milenario? ¿Cuánto tiempo es “poco”…? ¿Cuánto son “largos momentos”…? Tenemos referencia del tiempo y de sus etiquetas, lo que nos mencionan en forma coloquial de lo que son las horas que transcurren… ¿Es esa, la verdadera forma de medir el tiempo…? O existe esa forma unísona de existir per se. Sin presiones, sin mentiras, fluyendo como el viento en cada pasar de los instantes; grabando cada nota, recordando cada acción, incluyendo cada vivencia. Bello, mágico, transparente, tan transparente que aún no he podido observar su movimiento en tangente…en literal; tan volátil que se escurre como agua entre los dedos; tan sabio que consuela y enseña; tan inteligente que crea lo imaginable; así asertivo que da la seguridad en quien confía en su camino… Opto por sentir ese unísono misterio que trasciende y asciende a la dimensión por excelencia eterna. ¡Ah, esa mente Creadora…! cuánto hay que recordar, cuanto más hay que dimensionar…
*Cantante
Fundadora de «Neuroser A.C.» y «Mielofibrosis MF»