Claves geoenergéticas para comprender el caso de los gasoductos Nordstream, y el Tratado del Elíseo de 1963

Fuente: El Faro Luz y Ciencia, lunes 3 de octubre de 2022, Ciudad de México

Por: Miguel Cabrera

Tiempo de lectura: 5 mins.


Es claro que en su asociación con Rusia y China, Alemania es el principal país afectado con la fuga de gas de los gasoductos Nordstream 1 y 2 en el Mar Báltico. Existen, no obstante, razones desde la teoría y la integración energética que invitan a pensar sobre el importante rol de los países euroasiáticos en el auge del mundo multipolar frente a la alianza histórica de la anglósfera.


Algo sobre la formación del bloque euroasiático-alemán

La muy bien documentada Cynthia Chung, periodista independiente y directora de la Rising Tide Foundation—organización con sede en Montreal, Canadá, para la promoción de la paz entre Oriente y Occidente— redacta en su más reciente artículo titulado ¿Alemania logrará desacoplarse del control mortal del imperio anglo-americano? algunos factores a considerar sobre las precuelas y consecuencias del ataque a los gasoductos Nordstream 1 y 2 en la periferia de la isla de Bornholm en las aguas internacionales del Mar Báltico y a la vez que se inauguró parcialmente el gasoducto del Báltico que conectará a Noruega con Polonia.

La analista recuerda la conferencia conjunta de Joe Biden y Olaf Scholz en febrero de 2021 en la que el mandatario estadunidense afirmó que si Rusia invadía Ucrania, EEUU irrumpiría los gasoductos Nordstream 1 y 2. La realidad es que ello termina por afectar las políticas energéticas entre Europa y el Kremlin, ciertamente, pero con mayor énfasis en las de Alemania —tan dependiente de estas venas gaseras— con Rusia, máxime del hecho de la deuda contraída por contratos de importación de gas ruso a Berlín por 40 mil millones de metros cúbicos por año hasta 2030.

Refiere que la principal razón por la cual Alemania sería el objeto de estas maniobras es para distanciarla geoestratégicamente de su asociación con Rusia y China. Aquí Cynthia Chung recurre al clásico teorema de Sir Halford MacKinder, quien en su conferencia El pivote geográfico de la historia, el 25 de enero de 1904 afirma tácitamente la necesidad de separar al orbe germánico del ruso, pues el fortalecimiento del cinturón euroasiático (área pivote que implica a China) conllevaría un importante desarrollo económico y militar de la mano de sus importantes recursos naturales.

De Halford Mackinder al hidrógeno verde en tierras sino-mongólicas

Da cuenta de uno de los más recientes acercamientos entre Alemania y China a través de Peter Altmaier, ministro de asuntos económicos y energía, quien revela la existencia de un nuevo e impresionante recurso natural conocido como “hidrógeno verde”. Altmaier comentó en una entrevista a la cadena CNBC en enero de 2021: “nos percatamos que el hidrógeno verde es la pieza perdida (missing link) de la transición energética en la mayoría de los países industrializados. Tendremos que importarlo de otros países”.

Describe que este recurso se extrae del agua a través del método conocido como electrólisis, generada por energía renovable, cuya producción es más “limpia” que extraerla del carbón o el gas natural, y nos revela un hecho fundamental, a saber, que la región mongólica de China aprobó un proyecto energético que usará la energía solar y eólica para su producción en las ciudades de Ordos y Baotou con el objetivo de generar 66,900 toneladas de dicho hidrógeno, y afirma que Rusia busca hacerse del 20% global de este mercado. El Foro Económico Mundial lo propone como una alternativa al uso de carbón y como combustible de unidades automóviles. Por su parte, la Unión Europea aprobó en septiembre la inversión en este mismo rubro por 5 mil millones de dólares. Ello entraña grandes desafíos pues la guerra en Ucrania ha devuelto a Europa y a Estados Unidos al uso indiscriminado de este energético decimonónico. Aquí es importante mencionar que el ocaso de los gasoductos Nordstream trajo el ascenso de su versión asiática, el proyectado gasoducto Siberia 2, el cual gasificaría a China desde Rusia a través de Mongolia.

Al margen que por ahora estas fuentes renovables sean menos preponderantes respecto al dominio de los hidrocarburos hasta 2050, es claro que el aislamiento de Alemania respecto a China y Rusia involucra también la irrupción en el rubro energético de la región euroasiática de cara al futuro. Otros sectores futuristas no menos importantes son la extracción de Helio-3 en el lado oscuro de la Luna y la construcción de generadores de fusión nuclear (soles artificiales) por parte de China.

El Tratado del Elíseo de 1963 y El Gran Tablero de Ajedrez de Zbigniew Brzezinski.

Nos prodiga una silva histórica, pues en el contexto de la animadversión de EEUU hacia los gasoductos Nordstream 1 y 2, y las desavenencias entre Europa y la anglósfera, refiere que en 1963 el presidente francés Charles de Gaulle vetó a Gran Bretaña de la conformación del Sistema Monetario Europeo conformando de ese modo el Tratado del Elíseo celebrado con su par, el canciller Conrad Adenauer, de Alemania Occidental. La idea de este acuerdo era crear un frente que pudiera anteponerse al dominio de dicha anglósfera, atrayendo a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y uno de sus miembros preponderantes, Irán, en intercambio de energéticos por tecnología, intento que el binomio Estados Unidos-Gran Bretaña finalmente frustraría por presiones del presidente Jimmy Carter en la década de los setenta, en concordancia con los axiomas postulados por su entonces asesor de Zbigniew Brzezinski —de ascendencia polaca— en su posterior libro El Gran Tablero de Ajedrez, en que se propone la división entre los países del orbe euroasiático.

Se deduce de ello que a la anglósfera le preocupa la conformación de los nuevos prismas de poder mundial hacia 2050 y que por tanto se encarga de delinear su postura en términos geopolíticos y geoenergéticos con varias décadas de antelación. De llegarse a concretar, el eje Alemania-Rusia-China definiría, ipso facto, la inevitable multipolaridad tan extensamente denostada por Estados Unidos y Gran Bretaña a nivel histórico, algo que Washington no va a simplemente a atestiguar.

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Miguel Cabrera (Ciudad de México, 1988) es analista multidisciplinario de asuntos internacionales, economía y cultura, egresado de la UNAM. Es editor independiente y fundador del proyecto para la promoción de la paz Arcadia México.

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