El conflicto entre Ucrania y Rusia desde el punto de vista de la Geopolítica

Fuente: El Faro Luz y Ciencia, lunes 28 de febrero de 2022, Ciudad de México.

Elaborado por:  Karla Regalado * Miembro de la Red El Faro


El pasado 24 de febrero del año en curso el mundo se conmocionó por la noticia de que Rusia había invadido a Ucrania. Las redes sociales se inundaron de información relevante sobre el conflicto y las opiniones empezaron a dividirse.

Se escuchaba en la televisión que el Presidente de la Federación de Rusia Vladimir Putin declaraba que iba a hacer una “operación militar especial” en Ucrania para defender a las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, las cuales ya había reconocido como independientes días anteriores.

Mientras el Presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, llamaba a todos los hombres para que lucharan por su país, los medios seguían avisando sobre la caída de bombas y explosiones, así como informaban sobre la cantidad de desplazados que había hasta el momento. Sin duda, un escenario caótico, lleno de incertidumbre y desesperación.

Sin embargo, no es la primera vez que se habla de un conflicto entre ambos Estados, pero la pregunta es ¿por qué? : ¿Por qué desde antes se han estado desarrollando conflictos entre Rusia y Ucrania? ¿Por qué Rusia condena la expansión de la OTAN? ¿Por qué Ucrania quiere ser parte de la OTAN? Y también nos preguntamos: ¿Cuál es el interés de Rusia sobre Ucrania? Y ¿Cuál es el interés de Estados Unidos sobre Ucrania?

Para contestar a estas preguntas revisaremos los antecedentes y tomaremos como base la obra de “ El gran tablero mundial” de Zbigniew Brzezinski y sus aportaciones.

Antecedentes

Después de la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la administración de Boris Yeltsin no trató de preservar los antiguos valores de la URSS, sino que buscaba una Rusia independiente y, en un inicio, Ucrania apoyaba esta moción, pero después en 1991 junto con Bielorrusia por medio del «Tratado de Belavezha» anunciaron su disolución. Un poco antes de esto, con el estancamiento de las reformas económicas, Yeltsin y otras figuras rusas apelaron cada vez más a los nacionalistas nostálgicos del imperio soviético y rechazaron las políticas culturales de Ucrania por lo que cuestionaron la transferencia de Crimea.

En 1997 firmaron entre Rusia y Ucrania el «Tratado de amistad, cooperación y asociación con Rusia» en el que se respetaba la integridad de las fronteras ucranianas. De igual modo, unos años antes, en 1994 entre la nación rusa y las potencias nucleares occidentales también garantizaron el respeto a la soberanía de Ucrania en el Memorando de Budapest, cuando este acordó entregar su arsenal nuclear de fabricación soviética.

En 2014 estalló una revolución popular en Ucrania y se destituyó al Presidente prorruso, Viktor Yanukóvich, logrando que llegaran al poder fuerzas democráticas prooccidentales a través de elecciones presidenciales anticipadas.

Debido a esto, las autoridades rusas tomaron ventaja y establecieron un control militar sobre Crimea cuyo objetivo era hacerlo parte de su país. Rusia estimó que la mayoría de la población rusa local apoyaría la incorporación de la península a su país, pero el simulacro de referéndum para unirse a su país produjo resultados inverosímiles y la comunidad internacional desaprobó esta acción.

Como consecuencia, occidente aplicó sanciones punitivas contra Rusia. Sin embargo, esto solo elevó la tensión puesto que las autoridades rusas en Crimea reprimieron a los activistas locales ucranianos, así como fomentaron rebeliones en otras provincias del sureste de Ucrania, principalmente en la región del Donbás donde los partidos regionales habían cultivado movimientos prorrusos. Por su parte, las tropas ucranianas intentaron restablecer el orden, pero el presidente ruso había enviado de manera encubierta unidades de su ejército para apoyar a los separatistas prorrusos.

Las tensiones duraron hasta el otoño de 2015, con dos escaladas una en 2017 y otra a principios de 2020 lo que resultó en un estimado de 14.000 muertos y más de un millón y medio de desplazados. Sin embargo, la guerra en el Donbás no había terminado de manera formal, seguía habiendo enfrentamientos. Los intermediarios de occidente ayudaron a que desescalara el conflicto en el 2015 con el Protocolo de Minsk, aunque no ha logrado ser favorable para resolver la situación.

Los Acuerdos de Minsk son dos pactos que se firmaron en 2014 y 2015 en Bielorrusia para poner fin a la guerra en el Donbás, en el este de Ucrania, Estos Tratados se negociaron bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El objetivo principal era el alto al fuego entre el ejército ucraniano y las fuerzas separatistas prorruras en el este del país. Posteriormente surgió el Minsk II debido al fracaso del anterior acuerdo. Este último fue mediado por Francia y Alemania, así como fue ratificado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. A pesar de los esfuerzos, las discrepancias en las interpretaciones del acuerdo han dificultado su cumplimiento.

Posteriormente, para finales de 2021 las agencias de inteligencia occidentales y de Ucrania informaron sobre una acumulación masiva de tropas rusas a lo largo de la frontera con Ucrania por lo que parecía que se estaban preparando para una posible invasión. Al respecto, Rusia mencionó que solo eran ejercicios militares, pero también exigieron a occidente garantías de que no iba a existir mayor expansión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este y, sobre todo, que no existiera cooperación militar de la OTAN con otros Estados postsoviéticos, en especial con Ucrania.

Contexto actual

En la actualidad, el pasado 24 de febrero de 2022 el Presidente ruso, Vladimir Putin, anunció una «operación militar especial» en el este de Ucrania. Inmediatamente después se escucharon las primeras explosiones en diversas ciudades ucranianas. Pero antes de esto, Putin ya había anunciado el envío de tropas rusas a las regiones rebeldes de Donetsk y Luhansk, luego de reconocer la independencia de ambas.

Esta acción provocó la indignación de Europa y Estados Unidos quienes no hicieron esperar para aplicar sanciones económicas a Rusia. Sin embargo, a pesar de los discursos de condena, ninguno había brindado todavía apoyo militar a Ucrania porque no es parte de la OTAN.

Por su parte, mientras el Secretario General de la ONU, António Guterres, le pedía a Rusia que detuviera cualquier acción bélica, el Consejo de Seguridad se reunía para tratar el asunto y pedir a Rusia que también desistiera de la invasión.

La respuesta de Putin fue que Rusia busca la desmilitarización y desnazificación de Ucrania y explicó que la decisión fue tomada después de recibir una petición de ayuda por parte de los líderes de los territorios separatistas en el este de Ucrania.

«Tomé la decisión de llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo será defender a las personas que durante ocho años sufren persecución y genocidio por parte del régimen de Kiev»

Vladimir Putin

Asimismo, pidió a los soldados ucranianos que depongan las armas de inmediato y estableció un discurso que pareció ser una advertencia a otros países, como Estados Unidos, que han apoyado a Ucrania. También, ha defendido en su mensaje que los enfrentamientos entre las fuerzas ucranianas y rusas son inevitables y que solo es cuestión de tiempo.

«Cualquiera que intente interferir con nosotros, o más aún, crear amenazas para nuestro país y nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y lo llevará a consecuencias como nunca antes ha experimentado en su historia. Estamos listos para cualquier giro de los acontecimientos»

Vladimir Putin

La expansión de la OTAN y el desarrollo militar del territorio de Ucrania por parte de la Alianza es inaceptable para Rusia”,

Vladimir Putin

Como respuesta, el Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, señaló poco después del anuncio que «varias ciudades ucranianas están bajo ataque».

«Putin acaba de iniciar una invasión total de Ucrania. Es una guerra de agresión, Ucrania se defenderá y vencerá»,  «El mundo debe frenar a Putin»,

Dimitro Kuleba Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania

El Presidente de Ucrania, Zelenski pidió el apoyo de occidente para que interviniera con armamento, sin embargo todavía no se habían desplegado fuerzas militares extranjeras en el país, aunque sí se anunciaron fuertes sanciones económicas, entre las que se incluyen: la prohibición al Estado y al Gobierno ruso de acceder a los mercados financieros europeos y un embargo comercial a las dos regiones separatistas, así como el bloqueo del acceso al sistema internacional de pagos Swift.

Finalmente, lo último que se ha mencionado ha sido que Ucrania acordó entablar conversaciones con Rusia sobre en la frontera con Bielorrusia.

“Hemos acordado que la delegación ucraniana se reunirá con Rusia sin condiciones previas en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, en el área del río Pripyat”,

Volodímir Zelenski

El Presidente de Bielorrusia, Lukashenko, aseguró que, durante la salida, las negociaciones y el regreso de la delegación ucraniana, todos los aviones, helicópteros y misiles colocados en territorio bielorruso permanecerán en tierra.

Análisis

Una vez que se ha entendido la evolución del conflicto podemos observar que los actores principales de esta contienda son Ucrania, Rusia y occidente, sobre todo Estados Unidos. Por consiguiente, basándonos en la obra “El gran tablero mundial” de Zbigniew Brzezinski, podemos ubicar a Rusia y a Estados Unidos como jugadores estratégicos en este tablero:

Jugador estratégico es definido por Brzezinski como:

“Son Estados con capacidad y voluntad nacional de ejercer poder e influencia más allá de sus fronteras para alterar el estado actual de las cuestiones geopolíticas (…) por alguna razón- la búsqueda de grandeza nacional, el cumplimiento de ciertos objetivos ideológicos. El mesianismo político o el engrandecimiento económico- algunos Estados intentan alcanzar una posición de dominio regional o de importancia global.”

Por su parte, Ucrania se ve representado en el tablero como pivote geopolítico lo que significa:

“Son Estados cuya importancia se deriva no de su poder y de sus motivaciones, sino de su situación geográfica sensible y de las consecuencias de su condición de potencial vulnerabilidad provoca en el comportamiento de los jugadores geoestratégicos.

A menudo están determinados por su geografía, que en algunos casos les da un papel especial, ya sea el de definir las condiciones de acceso de un jugador significativo a áreas importantes o de negarle ciertos recursos. Puede actuar como un escudo defensivo para un Estado vital o incluso para una región.”

Tomando en cuenta lo anterior, Ucrania se puede considerar también como un Estado tapón, cuya localización es estratégica por el acceso a ciertos recursos y para los jugadores geoestratégicos es vital. Este Estado tapón tiene la capacidad de que si pasa a ser parte de un jugador estratégico puede alterar la percepción de la seguridad o inseguridad del otro.

Además, Brzezinski menciona que:

“Ucrania es un pivote geopolítico porque su propia existencia como país independiente ayuda a transformar a Rusia. Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio euroasiático. Una Rusia sin Ucrania podría competir por un estatus imperial, pero se convertiría en un Estado imperial predominante asiático, más susceptible de ser arrastrado a extenuadores conflictos con los países del Asia Central recientemente salidos de su letargo. En ese caso, estos países estarían resentidos por la pérdida de su reciente independencia y recibirían apoyo de los demás Estados islámicos del sur.”

Podemos decir que los intereses de Rusia en Ucrania se pueden explicar debido a los recursos del gas, ya que por este territorio atraviesan importantes gasoductos hacía Europa.  En este sentido, la región de Crimea para Rusia es importante, ya que puede tener salida los gasoductos hacia el mar negro sin tener que cruzar por aguas ucranianas.  

El papel de la Organización del Atlántico Norte (OTAN)

La breve historia de la OTAN es que después de la segunda guerra mundial, el mundo quedo dividido entre dos polos: por un lado, la URSS y por el otro Estados Unidos razón por la que este último veía con gran preocupación los planes expansionistas del bloque soviético.

En ese contexto, en abril de 1949 surgió la OTAN como una organización para impedir la expansión de la URSS. Los 12 países fundadores fueron los que tenían geográficamente salida al Atlántico, de ahí el nombre de la organización. El objetivo principal era protegerse ante algún posible ataque, primeramente por el bloque soviético, y más adelante en el actual mundo multipolar.

El artículo 4° del Tratado de Washington reconoce «la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes fuese amenazada»

Sin embargo, la OTAN ha estado en constante expansión, cuestión que Rusia desaprueba, sobre todo, porque se están incorporando países del antiguo bloque comunista, pero Ucrania es aún más importante para Rusia que no sea incorporada a la OTAN debido a que, de acuerdo con Brezisnki, es un pivote geopolítico en la región y esto significa una amenaza a la seguridad de Rusia, ya que esto significaría que se va a colocar armamento en la puerta de su país.

En palabras de Brzezinski:

“Los Estados Unidos y los países de la OTAN están destruyendo las bases geopolíticas que podrían permitir, al menos en teoría, que Rusia aspirara a adquirir el estatus de segunda potencia en la política mundial que tenía la Unión Soviética. Una vez que recupere sus fuerzas también ejercerá un impacto significativo sobre sus vecinos occidentales y orientales.”

“Si Bielorrusia y Ucrania cambian de bando ahí van a mostrar los rusos sus intereses” 

Brzezinski

Para confirmar esto Putin declaró, “El colapso de la Unión Soviética había sido la más grande catástrofe geopolítica del siglo XX” Con estas palabras se puede entender que Rusia busca evitar que la misma historia se repita.

Finalmente, resulta necesario conocer por qué Ucrania quiere ser parte de la OTAN. Para entenderlo hay que retomar la anexión de Crimea. Este acontecimiento preocupó a los ucranianos, ya que Rusia demostró que no respetaría las fronteras de Ucrania y también evidenció la diferencia abismal que hay entre su país y Rusia respecto al armamento.

Sobre esta base, creemos que es necesario estar al pendiente de la evolución del conflicto, ya que hemos visto que, hasta el momento, Ucrania ha resistido sin apoyo militar extranjero, pero si la situación continúa como hasta el momento desconocemos cuánto resistan las fuerzas ucranianas.

Al respecto, consideramos que la figura del Presidente ucraniano será elemental para dar una nueva dirección al conflicto. La estrategia que tome Zelenski en los próximos días definitivamente dejará huella en la historia de las relaciones internacionales, así como en la geopolítica.

Consecuencias del conflicto

Consideramos que el recurso natural que mayor protagonismo tendrá en el futuro próximo son los energéticos puesto que Rusia es uno de los principales países que mayor exporta gas natural y petróleo hacía Europa.

Los energéticos tienen un efecto multiplicador, es decir, que si sube el precio entonces todo lo demás se encarecerá también y este conflicto ha logrado que efectivamente veamos estos aumentos.

Los precios de los hidrocarburos alcanzaron un máximo histórico desde el 2014: El Brent subió cerca de los 105 dólares por barril, el crudo Brent tuvo un incremento de 7,5% alcanzando los 105,79 dólares. En tanto, el crudo estadounidense Wet Texas intermediate (WTI) subió un 7,2%,  los precios de gas natural aumentaron un 4.7% y el precio del oro un 1.82%.

“El petróleo se cotiza a nivel internacional a través de la demanda global y es extremadamente sensible ante cualquier inestabilidad de los territorios productores de petróleo o de sus derivados”

Cynthia Valeriano, economista del Tec de Monterrey

Estos efectos se hicieron presentes en cuanto Alemania detuvo el proyecto del gasoducto NordStream 2 del Mar Báltico, ya que Rusia proporciona entre el 35% y 40% del gas natural y casi el 53% de petróleo.

Para contrarrestar esta dependencia, la excanciller alemana, Angela Merkel, ya estaba buscando la forma de encontrar nuevas fuentes de suministro y reducir la dependencia de Rusia. Estas nuevas fuentes se tratan de Estados Unidos, Qatar, Azerbaiyán y Japón, aunque consideramos que en el corto plazo será complicado suministrar la misma cantidad de hidrocarburos que recibían de la Federación de Rusia, pero en el largo plazo serán las fuentes principales.

Mientras se da este cambio los precios continuarán subiendo hasta que se logre controlar, mientras las economías de los Estados estarán presentando dificultades que cada país buscará la forma de remediar.

Por consiguiente, en un futuro cercano veremos que habrá una mayor cooperación entre Europa para lograr abastecerse de gas natural por otras fuentes y la relación con occidente será aún más estrecha. Por esta razón, habrá que seguir al pendiente del giro que tenga el conflicto, ya que lo más seguro es que veamos nuevos pivotes geopolíticos más allá de las “fronteras europeas”.

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