El arte que concilia con la Tierra: Filogonio Naxín |Navegantes Literarios

Escrito por: Presidencia El Faro Luz y Ciencia, 30 de junio de 2020, CDMX.

Emanado de la cosmovisión mazateca, el artista Filogonio Naxín permea entre pinceladas con sus particulares figuraciones surrealistas ancestrales, en la unidad profunda entre la humanidad y la Tierra.

Filogonio Velasco Naxín nacido hace 34 años en la comunidad de Mazatlán, Villa de Flores, en la Cañada de Oaxaca, México, creció entre la naturaleza espiritualmente multicolor y la lengua indígena mazateca, germinando en sí mismo, una visión que ha plasmado en cada una de sus obras, que han viaja por el país y alrededor del mundo.

Las manos y el corazón pedían desde su niñez plasmar sus raíces y sus propias visiones en el cuadro de exposición puesto hacia lo visible; por lo que en su trayectoria, transitada entre piedras y flores, estudió la Licenciatura de Artes Plásticas y Visuales de la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca generando una comunión entre el mundo cotidiano y el mundo originario desde su perfeccionamiento experimental fue forjado de su propia vida.

Sí, el camino compartido de Filogonio, lo puso (por obra del destino o del azar ¿qué diferencia puede haber?) entre su paso por la Ciudad de México, con sus necesidades comunes, y la memoria de su Mazatlán, el resguardo de la «ensoñación», para crear un nuevo tinte que une ambas lenguas, o mejor dicho, que recupera el eslabón perdido de nuestra propia cultura.

Fotografía: Cristal Mora
Kjuasín kjí ngasundie «¡Así está la Tierra, llena de colores!», monotipo (óleo/papel), 90cm x 70cm, Filogonio Naxín (2019)

Y ¡que valioso tesoro nos trae el artista de las conciliaciones! por que en el quehacer de nuestro llamado «posmodernismo» hemos olvidado el origen de las emanaciones, creyéndonos ajenos y sin tregua incorruptible de la hermandad que integra toda la naturaleza. ¡Qué necios hemos sido!

Así, Naxín, guardián de las enseñanzas primigenias, nos dice «¡el recuerdo ahí sigue!».

Echamos ojo a sus pinturas, las contemplamos, miramos detenidamente y entonces, algo, como una semilla del árbol más grande, nos dice desde la profundidad de nuestros sueños, que debemos retomar el hilo de nuestro pasado para dar la salvación de nuestro futuro.

Fotografía: Cristal Mora
Kajkiñe ngasundie «Se tragó el mundo», monotipo (óleo/papel), 90cm x 70cm, Filogonio Naxín (2019)

El tiempo nos ha alcanzado, porque la Tierra también siente, y ha manifestado el sentido natural de las cosas, expresando hacia el que se ha convertido en su peor invitado, la humanidad, sus más antiguas remembranzas: «La más pequeña de las plantas importa tanto como la más grande las montañas, ¿dónde queda su supremacía?». 

«La humanidad se ha escondido, hasta que los vientos llegaron a su techo». No somos ajenos, porque nuestro 2020 (con el COVID-19 como su protagonista) evidencia las consecuencias de nuestros propios actos acumulados; y Naxín ha nacido en la mejor época para pintar el punto armónico con la Madre Tierra y con sus habitantes.

Suspiro de Tierra.jpg
Kafe itsiesa tjara Ngasundie «Suspiro de Tierra», mixta, 28.5cm x 46cm, Filogonio Naxín (2020)

¿Cuál es la composición de sus pinturas? su vida, sus sueños, lo antiguo, el misterio, la técnica, el eco de lo que no decimos en palabras. Sus creaciones ilustran variedades de motivos y sensibilidades; desde los sentimientos, aspiraciones, contextos, hasta las leyendas mazatecas más simbólicas y preciosas.

Filogonio Naxín ilustra lo onírico del psique humano y algo más que lo rebasa: el sonido de la naturaleza en orquesta compuesta de la gran belleza formadora por el caos y el orden.

Fotografía: Cristal Mora
Xúura Ngasundie «Ombligo de Tierra», 75.5cm x 55cm, acuarela y tinta china sobre papel algodón, Filogonio Naxín (2020)

Cada acción hace la reacción retornando a sí misma, pero no existimos en figuraciones lineales o de burbujas vagantes, sino en un sólo círculo con un punto de origen que en espiral sube y regresa.

¿Pero qué pasó con ese recuerdo? La pieza más importante que conforma nuestra identidad ha sido depositada o tirada, en lo más profundo del océano, sustituido por un miedo absurdo e inexplicable a lo que parece distinto a nosotros: los peces, las aves, la selva, los insectos, «las partículas de toda vida» que tienen aliento, sienten satisfacción y dolor; también construyen sabiduría. ¿Quiénes son los monstruos de lo desconocido?

Fotografía: Cristal Mora
Kjuandara Nanguí «Vida de la Tierra», 55.5 x 38cm, acuarela y tinta china sobre papel algodón, Filogonio Naxín (2020)

«Pero las cosas no están perdidas, cuando alguien las encuentra», y Filogonio lo traza en papel, para que nunca sean palabras al viento.

Hay esperanza en sus obras llenas de color, con matices de otros mundos acomodados sobre los mismos. Susurran un anhelado encuentro entre la humanidad y la Madre Naturaleza, dicen entre mil cantos «Vida a la Tierra», acercan al que sepa ver y oír la verdad completa del cosmos material y espiritual.

Esto es (de ser) el artista mazateco Filogonio Naxín, porque no son las promesas o las palabras vagas los que llevan a la eternidad, sino los actos puros y las herencias vitalistas.

Y abrimos la pregunta: ¿Qué dejarán ustedes al mundo?

Los invitamos a que contemplen, para recordar, sus propias memorias y las del otro mundo (que es este). Que resurja la semilla del compromiso con la Tierra que les vió nacer, y que en cada una de las obras de este artista de nuestro querido México, quede en el ahora y el para siempre la posibilidad de un mejor mañana con la voluntad del que obra por la vida entera.

Conoce: Filogonio Naxín 

 

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