La “modernización pacífica” de Xi Jinping estipulada desde el XX Congreso Nacional del Partido Comunista

Fuente: El Faro Luz y Ciencia, lunes 24 de octubre de 2022, Ciudad de México

Por: Miguel Cabrera

Tiempo de lectura: 5 mins.

En su reciente artículo “Modernización pacífica: la oferta de China al Sur Global”, el analista brasileño Pepe Escobar apuntala algunas de las características que definen la política integral de China en las próximas décadas, y en alusión al discurso de cerca de dos horas de Xi Jin Ping durante el reciente XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCC) destaca la programática que ha regido y regirá a la súper potencia asiática.

Refiere que el plan maestro del PCC presenta dos caras de la misma moneda. Por una parte, finalizar la “modernización socialista” en el período 2020 a 2035 y, por otra parte, construir a China en un país socialista “próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso”, de manera pacífica, y de cara al 2049, año en que se celebrará el centenario de la fundación del partido.

Hace notar que el concepto “modernización pacífica” estaría profundamente imbricado en la cultura confuciana como espejo de un sistema teórico completo muy contrario a las medidas unilaterales y de sanciones del hegemón occidental. Defiende que los países del Sur Global deben desarrollar sus propios modelos regionalistas de manera autónoma en una clara resonancia con la doctrina filosófica de Alexander Dugin, para quien la multipolaridad diplomática debe construirse en función de los regionalismos civilizatorios creativos y soberanos. Por cierto que en la Antigüedad, Ciro el Grande, rey persa, logró conquistar Babilonia por medios pacíficos hacia el año 539 a.C.

Uno de los aspectos nodales es la necesidad de China por alcanzar el óptimo nivel de desarrollo tecnológico, rubro en el que destaca el fundamental rol de los semiconductores o chips, con los cuales es posible fabricar y programar desde misiles hipersónicos hasta computadoras de alto coeficiente artificial.

China es crítica de las alianzas regionales como la OTAN o el AUKUS conformado por Australia, Reino Unido y Estados Unidos, este último diseñado para contenerla militarmente en la importante región comercial del Pacífico.

Cita a Martin Jacques, a quien considera el autor del mejor libro sobre el desarrollo del gigante asiático (Cuando China gobierne el mundo, 2009), —otrora miembro del Departamento de Política y Estudios Internacionales de la influyente Universidad de Cambridge—, dentro del contexto del liderazgo Occidental. Aquí valdría la pena recordar a Pepe Escobar que fue EEUU el que prohijó el crecimiento económico tanto de China como de la Unión Soviética al incorporarlos al sistema del dólar desde el año de 1971, (año, por cierto, del desacoplamiento de la moneda estadunidense del patrón oro) tal como lo demuestra en un brillante artículo el analista argentino Mauricio Metri.

También cita al economista Mikhail Delyagin, para quien el PCC “fue capaz de adaptar creativamente el marxismo del siglo XIX y su experiencia política del siglo XX a los más actuales requerimientos e implementar así valores eternos con nuevos métodos”.

Comenta la importancia de la Ruta de la Seda y sus prolongaciones a través de Eurasia y África como un proyecto de infraestructura que se propone ser abierto e incluyente en antítesis al exclusivismo occidental de las últimas décadas y nos informa que para agosto de 2022 el comercio de China con los países integrantes de la Ruta de la Seda alcanzó la cifra de 12 millones de millones de dólares (trillions en inglés) y que la inversión directa en dichos países ha sido de 140 mil millones de dólares (billions).

Como uno de los objetivos de la Ruta de la Seda es conectar a China con el resto de Asia y Europa, Escobar refiere algunos proyectos de entre los varios que existen como los ya funcionales Puente Peljesac en Croacia y el tren China-Laos, así como algunos actualmente en construcción como el tren de alta velocidad Jakarta-Bandung en Indonesia y el tren China-Tailandia.

Escobar finaliza su artículo retomando las ideas de Halford Mackinder, quien sugirió a inicios del siglo XX la balcanización de Europa y Rusia, cuya natural vecindad geográfica va en contra de los intereses de la anglósfera. Es importante subrayar que Rusia posee un tercio de los recursos naturales planetarios. La realidad es que la guerra en Ucrania, al obstaculizar la integración asiática con Occidente a través de Rusia, sólo ha logrado unificar a China con Asia occidental y a Rusia con importantes compradores de sus hidrocarburos como India.

Lo cierto es que se siguen contorneándose los límites políticos e ideológicos de dos regiones, a saber, Eurasia y Occidente, confrontados nuevamente como en el pasado remoto durante las Guerras Médicas V a.C., en que se quebraron las lanzas y se rompieron las picas y escudos de los ejércitos griego y persa. “La historia no se repite, pero rima”, sentenció Mark Twain.

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Miguel Cabrera (Ciudad de México, 1988) es analista multidisciplinario de asuntos internacionales, economía y cultura, egresado de la UNAM. Es editor independiente y fundador del proyecto para la promoción de la paz Arcadia México.

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