Fuente: El Faro Luz y Ciencia, lunes 27 de abril de 2020, CDMX.
Escrito por: Lizbeth González Pimentel* Miembro de la Red Juvenil El Faro/Agenda 2030.
El agua es un recurso vital para la humanidad y el planeta entero, y en momentos críticos, como el que se experimenta actualmente en México frente a la pandemia COVID-19, debemos reflexionar sobre su gran importancia y cuidado.
Acceso al agua para todos, la necesidad de una hermandad hídrica en tiempos del COVID-19
Ahora que nos encontramos ante una emergencia sanitaria, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: Agua limpia y saneamiento, se vuelve más significativo para garantizar un estado de salud y de prevención por el esparcimiento de esta enfermedad.
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), como parte de las medidas de higiene y salud, se recomendó lavarse las manos, en promedio un total de 10 veces al día. Por su parte, la Secretaría de Salud en México, estimó que en 5 o 6 pasos con un tiempo estimado de 30 a 50 segundos la proximidad de eliminar rastros del virus se vuelve más certera; lo que en definitiva aumentará de manera significativa el uso del agua en los hogares.
La Comisión Nacional del Agua CONAGUA estimó que durante la contingencia del COVID-19, el consumo de agua en algunas zonas urbanas del país se ha incrementado entre un 20 y 50 por ciento. “Los horarios y las zonas geográficas de mayor demanda se han modificado, al pasar de los centros de trabajo a las zonas habitacionales”, señaló su Directora General Blanca Jiménez Cisneros.
Sin embargo, no todos tienen el mismo acceso al agua y por lo tanto, son más vulnerables al contagio. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía INEGI, 10.5 millones de familias mexicanas no cuentan con acceso al agua potable diariamente y el 7% equivale a 2 millones 85 mil 258 de familias que no la tienen y la consiguen acarreando de otra vivienda, llave pública, ríos o por pipas.
Al respecto, la Directora General del CONAGUA Jiménez Cisneros indicó las acciones que se tomarán para el abastecimiento del agua durante el COVID-19 en una reunión con sus homónimos de América Latina y el Caribe en el “Foro de especialistas del Programa Hidrológico Intergubernamental de la UNESCO”:
- Definir las prioridades. En México, la CONAGUA priorizó que los hospitales, en especial los que atienden a pacientes con COVID-19, tengan acceso al agua segura.
- Difundir mensajes entre la población para concientizar sobre la importancia del ahorro y uso eficiente del agua. Esto debido a que las medidas de higiene han incrementado la demanda de agua entre un 20 y un 50 por ciento, dependiendo de la zona.
- Implementar puntos de entrega de agua en los que la población pueda abastecerse. El reto de suministrar casa por casa en las zonas rurales y periurbanas más pobres del país hace que las pipas sean insuficientes.
- Reaccionar rápidamente para evitar que se realicen cortes del líquido durante la contingencia.
- Para apoyar a la economía familiar, promover que se privilegie el uso de agua para la limpieza de manos sobre el gel antibacterial, dado que el segundo es mucho más caro y reduce la oportunidad de adquirir otros bienes durante la contingencia.
- Elaborar materiales en lenguas indígenas dirigidos específicamente a las poblaciones de comunidades rurales o afromexicanas, en las que se emitan recomendaciones para fomentar el mejor manejo del agua en las casas, así como la cloración casera del agua. En esa dirección, CONAGUA trabaja con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas INPI en la traducción de materiales didácticos, los cuales ya están en el sitio oficial y serán distribuidos de manera impresa.
- Realizar compras consolidadas, ya que permiten tener un mejor precio y mayor atención de los proveedores.
- Revisar los decretos que emite cada país sobre la suspensión de actividades como consecuncia de la contingencia. En el caso de México, se impulsa que las empresas que dan mantenimiento a los sistemas de agua puedan seguir laborando.
- Hacer sinergias entre diferentes dependencias de gobierno, con las cuales se pueda colaborar y sumar esfuerzos durante la contingencia.
- Fomentar la coordinación en materia hídrica, ya que se ha demostrado que el agua no divide. Por el contrario, une en la atención de una problemática común.
Igualmente, por parte de ONU-Hábitat lanzó un Plan de Respuesta al COVID-19 para 64 países dirigida a atender el saneamiento del agua en las comunidades más vulnerables del mundo por parte de todos los gobiernos nacionales y subnacionales, empresas, comunidad y sociedad civil.
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México tiene un gran reto para dar cumplimiento al ODS 6 donde las comunidades indígenas y regiones rurales son las más escasas de este recurso hídrico, que según un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social CONEVAL, estados de la República como Guerrero, sólo el 5.7% de sus habitantes tiene acceso diario al agua en sus viviendas, en Chiapas 12.5% y en Oaxaca 15.5%, mientras que en la Ciudad de México al menos un millón de habitantes no cuentan con agua.
No obstante, México ha logrado desarrollar una resiliencia que evoluciona tras cada desafió que se presenta y con ello una hermandad de mexicanos que se une para estar desde la misma línea, así lo han reflejado en diferentes adversidades, y debe continuar así, con la misma bandera y bajo la conciencia de ayudar al otro.
Un ejemplo de esta colaboración ha sido el trabajo de diversos ciudadanos en instalar tinacos con lavamanos y jabón líquido en puntos estratégicos de la Ciudad de México, principalmente plazas públicas y mercados con el objetivo de facilitar el lavado de manos a la población y disminuir el riesgo de contagio de COVID-19. Mientras que de parte del Gobierno de la Ciudad de México ordenó 37,000 viajes de pipas durante esta emergencia sanitaria, “616 al día en promedio, lo que equivale a la distribución de 370 millones de litros de agua” explicó Rafael Carmona, Director General del Sistema de Aguas de la Ciudad de México SACMEX.
Preservar el agua es una responsabilidad de todos los sectores, del gobierno, los empresarios y los ciudadanos, donde hoy más que nunca se deben proponer nuevos modelos de administración, negocios y consumo más responsables.
En este último término, es importante diseñar nuevas estrategias enfocadas a emergencias sanitarias, donde haya una respuesta y coordinación más directa entre la CONAGUA, los organismos operadores de agua estatales, los ayuntamientos y los sistemas comunitarios. De igual forma, la sociedad civil deberá desarrollar modelos de acción inmediata a las mismas y preservar la práctica del cuidado del agua en el hogar.
Es nuestro oro azul, y lo que hagamos por cuidarlo, permitirá que llegue a los que no lo tienen en nuestro presente y en el futuro.
Twitter: @Lizbeth99250926