Fuente: Presidencia, 20 de febrero de 2021, CDMX.
El pasado sábado 13 de febrero, nuestra fundadora Dora Isabel González Ayala tuvo una charla en vivo con el pintor mexicano Arturo Estrada, quien es uno de los denominados «Fridos» por representar los principales pupilos de Frida Kahlo y Diego Rivera, así como los grandes símbolos del muralismo y pintura de caballete en México.
Conoce la charla completa:
«Cuando nací, lo primero que recuerdo fue luz y colores…»
Estrada nos expresa con naturalidad, el sentimiento de algo que como una semilla estaba por florecer. Era el instinto del artista que aprendía de la propia naturaleza, «observando a todas horas del día según su posición, el sol y sombras que cambian de tonalidad y captan los colores … la frescura de la mañana y luego la calidez de la tarde». Iniciaba con el prematuro deseo de imitar las imágenes, esa pasión por dibujar, para que posteriormente surgiera la imaginación, crear algo germinado de la nada para darle vida. Es un pintor de corazón.
El Maestro Estrada también llamado el «Güero» Estrada es originario de Panindícuaro, Michoacán, sitio donde surgieron los primeros deseos por la pintura desde su temprana edad, con ligeros trazos espontáneos que sus padres impulsaron para que su espontáneo sentido se convirtiera en obras de un verdadero artista, donde particularmente nos expresó, un hombre de las cercanías tuvo un papel importante en su camino. Así fue que sus primeras obras de la niñez fueron las caricaturas, después en dibujar sus alrededores, el paisaje de su pueblo natal, así como los retratos de las personas que se lo solicitaban.
Más adelante, en su juventud, decidió partir a la capital del país, para no detener su interminable amor por la pintura: «me sorprendí de los enormes edificios y la variedad de personas». Es aquí, cuando sus pasos lo llevaron a la Escuela «La Esmeralda», lugar al que su destino coincidiría con los grandes muralistas de la época con sus maestros Diego Rivera y Frida Kahlo: «encausaban mi observación, todo era para mí importante, … aprendí que la pintura era representativa de un ideal».
«Tuve la suerte de encontrarme a esos pintores»
-¿Cuántos jóvenes artistas definen su vida por tener las condiciones para desarrollarse?- Estrada fue uno de ellos, y en un orgullo de nuestro México.
Durante ese tiempo Arturo practicó el impresión de los eventos, sobretodo de los desfiles a los que siempre le gustaba asistir, como fue la conmemoración del 16 de septiembre, el 5 de mayo, entre otros, con los que empezó a comprender la importancia de la situación social que se desarrollaba, valorando su aplicación en el arte visual para impregnar las diferentes etapas históricas de México, de su cultura y tradiciones, de la relevancia del momento que estaba viviendo, «plasmar la forma de ver el mundo … el artista está consiente del momento histórico que le tocó vivir». Arturo Estrada aprendió y lo aplicó, ha plasmado lo que sus ojos han visto.
Como un pupilo, se mantuvo en todo momento con sus grandes maestros, desde la Escuela, un tiempo en la Casa Azul, hasta el lecho de su muerte, primero de Frida y luego Diego, -a los cuales pintó-, que junto a otras tres personas, conformaron el grupo denominado «Los Fridos».
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Su pintura esta en nuestro México, con grandes participaciones en el muralismo mexicano en diversos sitios sociales e institucionales, siempre con la intención en mano de marcar el momento social, pero sobre todo por su pasión natural de continuar pintando. Pasó por la Escuela Socialista, apoyó en la creación de obras de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Juan O’Gorman, entre otros, -está uno en el Estado Azteca-; hizo obras relevantes y simbólicas para la comunidad como la Pulquería La Rosita, así como las aún existentes en Museo Nacional de Antropología y en el edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Eje Central y Av. Xola, su arte ha cruzado el mundo entero, teniendo actualmente un acervo pictórico aproximadamente 250 cuadros entre óleos, acrílicos, agua fuerte sobre diversos materiales y entre 300 grabados, litografías y más de 1000 dibujos, acuarelas y apuntes diversos.
Asimismo, después de 40 años de vida artistica, el Maestro Estrada, fue Director de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda”, periodo en el que elevó a rango de Licenciatura las carreras de pintura, escultura y grabado. Cuantos pupilos han pasado por su enseñanza, los ha regalado corazón en sus obras.
«Nací con este don del sentimiento y la observación»
-¿Qué habrían pintado los grandes muralistas, Frida y Diego, todos los Fridos juntos, en una pandemia como la que vivimos actualmente?- sin duda el impulso y el amor por trazar algo habría dejado y Estrada nos invita a no dejar de observar, hacer lo que uno desea, comprender nuestro contexto y que el arte siga vivo, «… se empieza con lo más elemental».
Así terminamos nuestra charla, donde el sentimiento lo transmitimos y con el que invitamos a ver sus obras. Este artista de corazón ha dejado colores en nuestra breve conversación.