El Smartphone: Una Asombrosa Simbiosis de Cualidades y Defectos

Por: Ildefonso Peña Díaz

Johann Carolus, es reconocido por la Asociación Mundial de Periódicos WAN, como el editor del primer periódico del mundo, cuyo nombre en alemán era “Relation aller Fürnemmen und gedenckwÜrdigen”, en la lengua de Cervantes “Colección de noticias distinguidas y memorables”, que en sus inicios en el año de 1605, fue un boletín de noticias escrito a mano y posteriormente se convirtió en el “Weekleynews of London”. A partir de entonces, se ha sucedido la historia de los medios masivos de comunicación en el mundo entero y con ello la transformación que implicó la tecnología, desde la radio, la televisión y por supuesto el internet.

Comunicar es la acción de intercambiar información entre dos o más participantes, con el fin de transmitir información, opiniones o conocimientos. Y esta acción se lleva a cabo en dos categorías distintas: la biosemiótica que estudia o infiere las formas más simples hasta las más complejas de comunicación, que tienen entre si las diversas formas de vida; y el lenguaje, que es un sistema estructurado de comunicación, que contiene una determinada cantidad de principios formales.

Para comenzar a comprender, el premio nobel de fisiología y medicina George Wells Beadle, ha dicho que “…el desciframiento del código genético ha revelado la posesión intrínseca de un lenguaje, mucho más antiguo que los jeroglíficos, un lenguaje tan antiguo como la vida misma, un idioma vivo, incluso sus letras son invisibles y sus palabras están ocultas, en las células de nuestro cuerpo…”. Y efectivamente en la época de los 60´s, los científicos especularon la existencia de un lenguaje molecular: el código genético, que hoy sabemos es todo un escenario y a la vez un código de existencia común en la totalidad de los seres vivos, que incluso demuestra que todas las formas de vida en nuestro planeta, tienen un origen único y universal y está compuesto esencialmente de una vasta secuencia de bases nitrogenadas.

Por otro lado, el lenguaje humano, con su corolario de pluralidad, esparcido alrededor del mundo, tiene el mismo fin universal, que es comunicar o transmitir ideas o conocimientos, para alcanzar la armonía social. Y la multiplicidad de lenguas nos lleva a comprender que la evolución de la humanidad ha transitado aparentemente de las más simples formas de comunicación, hasta las más complejas y sorprendentes.

Y finalmente, a finales del s. XX, se concibe un nuevo tipo de comunicación, los dispositivos de comunicación habilitados, conocidos en la actualidad como lenguaje cibernético, es decir los flujos de energía, vinculados a la teoría de control, lenguaje y sistemas, por medio de las matemáticas aplicadas. Además, de la que el lingüista y científico cibernético Gregory Bateson, ha dicho que esta ciencia (la cibernética), “es el más grande mordisco que ha dado la humanidad a la fruta del árbol del conocimiento, en los últimos 2000 años”.

Una vez generalizadas las categorías del lenguaje, diremos que en la escala vertical de los sistemas masivos de comunicación, estos han evolucionado a la par de la tecnología y desde que el médico inglés William Gilbert en el año 1600, acuñó el término electricidad, a partir del vocablo griego elektrón, para designar la fuerza que ejercen dos objetos, cuando estos se frotan entre sí y desde que Benjamín Franklin descubrió la magia de la electricidad a mediados del siglo XVIII, transcurrieron descubrimientos tan importantes como la aparición de la radio y la televisión, hasta llegar a la invención de la internet, que nació como un proyecto militar de telecomunicaciones y que hoy en día, ha transformado nuestra forma de comunicar, de trabajar, de actuar, de pensar e incluso la propia cosmogonía.

La trascendencia de la evolución de los medios de comunicación es sin duda alguna, el logro de la increíble facilidad del intercambio de información y por tanto, un decidido desarrollo en la difusión cultural y el alcance que se logra al informar, no sólo a una persona sino a la sociedad en general.

Justo en esta tarea y una vez considerada la “Aldea Global”, gracias a la World Wide Web, la humanidad ha alcanzado un prodigioso proceso de transformación en el ámbito económico, cultural, social y político, porque las distancias se acortaron y los procesos de comunicación se han hecho mucho más rápidos y eficaces. Y hoy podemos decir que la internet, es una herramienta esencial en todas las actividades humanas y es tan eficiente que quizá ni lo habría imaginado el hijo de Zeus y la pléyade Maya, en su inmensa tarea de acometer como heraldo de los dioses. Sólo que ahora el pétaso, la bolsa, el caduceo y las sandalias de Mercurio, se petrificaron en un exiguo aparato de comunicación extraordinaria conocido como teléfono inteligente o smartphone.

En este sentido, esta asombrosa y pequeña computadora ha logrado conectar al mundo entero, pero lleva en su interior la magia misma del “caduceo”, del dios de las sandalias aladas, es decir una simbiótica combinación de cualidades como el uso excelso de la palabra y la elocuencia, la prudencia, la astucia, la habilidad y la sensatez; a la par de garrafales defectos como el fraude, la inclinación al robo, el perjurio y el engaño. Y eso es el celular, el teléfono móvil o el Smartphone, un embrollo comprometido, de múltiples talantes, pero también de innumerables menoscabos, porque este extraordinario invento, lo mismo conduce por la senda de la gloria o el camino del nómade.

Así que la sugerencia, es cuidar el uso de este portentoso aparato, sobre todo cuando es utilizado por los niños, pues recordemos que esencialmente nuestros hijos están hechos de sueños, que se cristalizan con el ejemplo, tal como sucedía en los bellísimos poemas homéricos.

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