El Libro: Una Puerta de Luz Abierta al Infinito

Por: Ildefonso Peña Díaz

Las primeras bibliotecas conocidas, son una serie de tablillas de arcilla en escritura cuneiforme de Asiria y Babilonia, que datan del siglo IV a. de C.; la palabra BIBLIOTECA, proviene del griego Bibliothéke, vocablo compuesto de biblíon-libro y théke-armario o caja, es decir es el lugar donde se resguardan libros.

Y libro proviene del latín liber, que hace referencia a la corteza de los árboles con los que se construye el papel, y según Juloius Pokorny, autor de Indogermanyshes Etymologishes Woertherbuch, “liber” tiene la misma raíz indoeuropea, de labe en albanés, luspa en eslavo y luib en gótico, que hacen referencia a la corteza de los árboles. Es el libro en su estricto concepto, una obra literaria compuesta de un cúmulo de hojas, para ser exactos, mínimo 49, que están protegidas por una tapa o cubierta y forman un volumen. Y el libro ha sido un elemento fundamental para la humanidad, porque ha sido el instrumento por excelencia para preservar y transmitir conocimientos, costumbres, ideas y conceptos a través del tiempo y del espacio; es una herramienta casi divina, porque es el arquetipo donde se puede contemplar el genio y el temperamento de los mejores hombres y mujeres de la humanidad entera.

Abordar el tema del libro, es adentrarse en un universo de fulgor para alcanzar las más altas cúspides del espíritu humano, quizá por eso, Sócrates decía que, -las bibliotecas son el cerebro de los pueblos- y cómo no referirse así, cuando el libro ha sido el baúl que ha preservado el conocimiento de la humanidad a lo largo de los tiempos y lo ancho del espacio. El libro no es sólo un cúmulo de hojas, es un crisol de conocimientos; no es letra fría, sino un afluente recalcitrante de energía; el libro no es tinta efímera, sino sangre palpitante de ilustración en marcha; no es un objeto más, recóndito en el armario, sino una linterna que espera conversar con el lector, a través de la lectura; el libro es una puerta de luz abierta al infinito y es un faro de conocimientos dispuesto a iluminar la penumbra de la ignorancia.

Entonces, una biblioteca es un torrente de sabiduría, provisto de entendimiento para batir a la barbarie; es un huracán de palabras capaz de glorificar el espacio con la magia de la cultura; es un río caudaloso de conocimientos, presto a inundar las acequias de la inteligencia humana; y a la vez es un paraíso perpetuo, repleto de paz y de sabiduría de otro espacio y de otro momento.

Leer es conversar con inteligencias del pasado; es un viaje por comarcas pretéritas e imaginarias; leer es vivir otras vidas, pasadas y futuras; leer es alcanzar una estatura gigantesca hasta rozar los confines del cosmos, o sumergirse profundamente en el crepúsculo del átomo del entendimiento. Es un coloquio de emancipación de la imaginación; leer es aprender a ser libre con cada idea y apto con cada concepto; leer es acrecentar el universo que palpita en cada cerebro; es desarrollar una perspectiva del alfa y la omega del hombre, leer es entonces ser más completo, más vivido, sentido y amado.

Sin embargo, en el mar inmenso de las bibliotecas: ¿Qué leer?… pues aquello, representa lo más importante que tiene la raza humana, lo que ha sobrevivido al tiempo e infringido el espacio, lo imperecedero, lo trascendental, lo más egregio del hombre, lo más glorioso de la historia humana. Ahí está a la espera, la lección inmortal del “Quijote de la Mancha” de Cervantes con un Cid Hamet Benengeli y siendo un libro de moral, más que de aventuras; la “Biblia”, estudiada desde la perspectiva del arte literario y no de la necedad de la lóbrega devoción; “Las Mil y Una Noches”, que es una delicia cultural, lo mismo para inteligencias superiores, que para el espíritu sencillo y amoroso de los niños; el “Paraíso Perdido” escrito por Jhon Milton, la “Divina Comedida” de Dante; “Hamlet” de William Shakespeare o la “Iliada” y “La Odisea” de Homero. Ahí están las Diez Novelas más importantes del mundo y si acaso hiciera falta, la descomunal Obra de Luis Nueda “Los Mil Libros”, que es un compendio en orden alfabético de las obras literarias más importantes de todos los lugares y de todos los tiempos.

Lo importante es leer, nutrir el espíritu lo mismo que se nutre al organismo, con lo mejor de la inteligencia de otros seres, con lo más granado de la experiencia de otros tiempos, con las obras arrebatadas a cada época en la historia de la humanidad, con el fulgor iridiscente de la imaginación, con las más excelsas ideas de los genios universales, con los pensamientos más importantes de los hombres y mujeres que vivirán por siempre. “Lo importante es alcanzar la estatura del hombre y dejar atrás el estado arcaico de la bestia que duerme y de la bestia que come” según dijo Archivachieu.

Y es el libro el único medio de alcanzar la cultura, de magnificar el genio humanista, de existir más lejos de lo agreste y estar más cerca de lo divino, de engrandecer a la humanidad, y de desarrollar todas las potencias del espíritu, porque volvemos a afirmar, que el libro, siempre será una puerta de luz abierta al infinito.

Comparte este artículo