ENTREVISTA: Mtra. Guadalupe Valdez Embajadora Especial de Buena Voluntad Hambre Cero para América Latina y el Caribe de la FAO | ODS 2: Hambre Cero

Fuente: El Faro Luz y Ciencia, lunes 28 de septiembre de 2020, Ciudad de México.

Entrevistada por: Susana Esther Aguilar Castillo* Miembro de la Red El Faro para la Agenda 2030.

Con el pleno compromiso de redoblar los esfuerzos por alcanzar las metas comunes globales acordadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas ante un escenario de consecuencias sanitarias, sociales y económicas resultantes de la pandemia COVID-19, y para acercar la información asertiva, hemos realizado una serie de entrevistas a los principales actores multilaterales internacionales: los Organismos Internacionales Gubernamentales; con el fin de dar a conocer las propuestas, recomendaciones y acciones a favor de esta Agenda tan importante para la humanidad y el planeta.

Es por ello que en esta ocasión los invitamos a leer la entrevista exclusiva a la Mtra. Guadalupe Valdez San Pedro Embajadora Especial de Buena Voluntad Hambre Cero para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.


Garantizar la Seguridad y Soberanía Alimentaria en América Latina y el Caribe

La alimentación es un derecho universal -sin que nadie quede atrás-; se trata de adquirir, sin discriminación, de los elementos nutritivos para poder acceder con plenitud a una vida digna; sin embargo, para que este derecho pueda ser ejercido, se requiere de dos elementos fundamentales: 1) la seguridad alimentaria; y 2) la soberanía alimentaria.

Mientras que la seguridad alimentaria denota que la alimentación debe ser segura por su pleno acceso, así como de una calidad y cantidad adecuada, sentando así la condición previa para el ejercicio de este derecho; por su parte, la soberanía alimentaria consiste en que una persona sea capaz de producir sus propios alimentos, siendo soberana también sobre sus recursos, promoviendo así el ejercicio a la vida de la población, en tanto que también favorece prácticas para el desarrollo sostenible.

Dicho lo anterior, en esta Entrevista Exclusiva para El Faro Luz y Ciencia, la Mtra. Guadalupe Valdez San Pedro quien es Embajadora Especial de Buena Voluntad Hambre Cero para América Latina y el Caribe de la FAO, nos hablará de las tareas, desafíos y recomendaciones alrededor del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre Cero.

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Es Licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y Maestra en Educación Superior por la misma Universidad, además, cuenta con un Master en Alta Dirección Pública. Ha trabajado en temas de Cooperación Internacional con diferentes Agencias de las Naciones Unidas, tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia UNICEF, LA Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, el Programa Mundial de Alimentos PMA, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, entre otras. Fue Coordinadora Regional del Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe hasta noviembre del 2014. Actualmente, y desde el 30 de agosto del 2016, es la Embajadora Especial de Buena Voluntad Hambre Cero para América Latina y el Caribe de la FAO. Entre sus temas de prioritarios se encuentran la lucha contra el hambre, sociedad civil y políticas públicas.

La Embajadora Guadalupe Valdez nos comparte su conocimiento y expertiz en la lucha por alcanzar las metas de la Agenda 2030, específicamente, sobre la Iniciativa “Reto Hambre Cero”. Dicha iniciativa, anunciada en la Conferencia sobre el Desarrollo Sostenible Río+20 celebrada en junio de 2012 por el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, surgió como un nuevo reto global para los líderes mundiales y personas de todos los sectores: construir un mundo donde nadie pase hambre.

Leer más: El Reto del Hambre Cero: ¿Podemos construir un mundo donde nadie pase hambre?

Involucrar a todos, que no haya nadie hasta el 2030 que pase hambre. Esto significa que haya acceso a los alimentos, significa establecer también sistemas agroalimentarios que sean sostenibles con el medio ambiente … Otro pilar que es fundamental es que haya alimentos saludables y nutritivos para todos los niños y las niñas menores de cinco años y también que no haya pérdida y desperdicio de alimentos. Bajo esos pilares se esperaría que logremos al 2030 erradicar el hambre en el planeta”, así lo puntualizó la Embajadora Especial Guadalupe Valdez.

Respecto al tema de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la Embajadora nos expone sobre la estrecha relación que existe entre ésta y el Reto Hambre Cero: No es posible lograr una Agenda de Desarrollo Sostenible si las personas no reciben diariamente los alimentos que requieren para tener una alimentación saludable. Por eso, erradicar el hambre (…) es uno de los temas fundamentales en esta Agenda. Sin embargo (…) no es lo mismo la situación en este momento de los ODS que hace unos meses antes de iniciar”, enfatizando de esta manera la actual situación mundial marcada por la pandemia COVID-19.

En ese tenor, tocamos un tema esencial respecto al cumplimiento de este Reto enmarcado por la pandemia: “hay un impacto sumamente importante y duro en la medida en que la pandemia, que es una crisis de salud (…) traiga consigo una crisis en el tema del hambre (…). Se espera que regresemos hacia la situación que teníamos hace 20 años atrás en los cuales la cantidad de personas en situación de hambre en América Latina y el Caribe aumente sustancialmente”. No obstante, la sociedad civil no está sola, por lo tanto, “es importante que los Estados, los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil, la academia, medios de comunicación, el sector privado, sumen sus esfuerzos y voluntades para adoptar medidas que puedan contrarrestar este efecto tan perjudicial que tenemos (…) en la región, sobre todo en el tema del hambre y que no ocurra una crisis alimentaria que no podamos controlar en los próximos meses”.

Además, la Embajadora nos explica del coste más allá de las inversiones para cumplir con el Reto, lo cual, traería el incumplimiento del mismo para la economía mundial: “el costo del hambre aún no se prevé (…) hace algunos años, por ejemplo, se calculaba por el PMA que el costo de no garantizar una alimentación saludable era cercano al 4% del PIB de algunos países. Sin embargo, en este momento, dado los efectos del COVID, estos datos pueden ser mayores”. Al respecto, ahora mismo nos encontramos en un momento de incertidumbre con respecto a los costos que va a implicar los efectos de la actual pandemia sobre la situación del hambre en el mundo. “Para lograr el hambre cero se habían establecido un conjunto de políticas, en las que sobre todo se requiere de un compromiso político. El hambre no solamente es un problema técnico, requiere decisiones y estas decisiones se traducen en colocar en los presupuestos generales del Estado recursos para aplicar e impulsar esas políticas públicas que garanticen el derecho a la alimentación (…). Es fundamental que haya inversiones en ese sentido, que haya acuerdo entre los países, no solamente al interior de un país”, agregó.

Hablando concretamente de América Latina y el Caribe, la Embajadora Guadalupe nos menciona cuáles han sido las principales problemáticas, desafíos y avances de este ODS 2 para ser implementado en la región: “Primero, tiene que haber mayores marcos legales que garanticen la institucionalidad para la adopción y aplicación de políticas públicas a nivel de la región para lograr hambre cero una vez más nos vemos ante la realidad de aceptar que con la buena voluntad de los Estados no basta, sino que debe haber normas y leyes nacionales en cada país que declaren su obligación de llevarlos a cabo. “Es fundamental en América Latina y el Caribe avanzar en una ley sobre agricultura familiar porque el 80% de los productos que tenemos para erradicar el hambre a nivel global son producidos por agricultores familiares (…) que con un apoyo por parte de los gobiernos, sus productos podrán tener mercados seguros, precios justos y alcance en los grandes centros urbanos”, agregó la Embajadora.

Asimismo, entre otros temas que se requieren para lograr el Reto Hambre Cero, la Embajadora nos expone los siguientes: “la necesidad de ingresos en los presupuestos públicos; facilitar asistencia técnica -sobre todo a las mujeres en el área rural y a los agricultores familiares-; que los productos que se utilizan en la alimentación escolar  puedan ser comprados a niveles locales para potenciar el tema de la producción local y sobre todo erradicar la pobreza”. Entendemos entonces que lograr este reto requiere no sólo de un sector o nivel en particular, sino que es el esfuerzo de todas y todos, de cada uno de aquellos que realizan labores en pro de la alimentación, llámense Estados, Gobiernos Locales, Tomadores de Decisiones, Agricultores, Técnicos, Familias, etc.

Precisamente hablando de los diferentes grupos y niveles implicados para cumplir con este reto, en abril del año pasado, la FAO lanzó una nueva estrategia centrada en los núcleos más duros de pobreza y hambre en América Latina y el Caribe: “100 Territorios Libres de Pobreza y de Hambre“. La Embajadora nos habla de la labor de esta estrategia en la lucha para el Reto Hambre Cero: Esta estrategia tiene como propósito que ningún territorio quede atrás. Se hicieron estudios de manera conjunta con la CEPAL para identificar cuáles de los territorios de América Latina y el Caribe estaban en una situación más alejada para lograr erradicar el hambre. Sin embargo, como no era posible trabajarlos todos de manera simultánea, se seleccionaron a nivel región 100 territorios libres de hambre (…) en cada una de esas zonas había que disponer de acciones concretas para que esa población pudiera superar la situación”. Entre los países donde se encuentran estos 100 territorios tenemos a El Salvador, Guatemala, México, República Dominicana, entre otros.

No obstante, “en este momento la estrategia tiene que ser revisada y evaluada porque hoy día, a partir del COVID-19, la situación de la región y de otros territorios puede ser similar a la de los 100 territorios que se escogieron el año pasado para que fueran libres de hambre”, advirtió la Embajadora. Sin embargo, reconoció el trabajo desempeñado por los gobiernos de la región. “Sé que los gobiernos de América Latina y el Caribe están trabajando en eso, los animamos a que continúen, pero además hay que hacer un llamado muy importante al sector privado para que los modelos de producción que tienen pasen en este momento a ser modelos de producción más sostenibles, amigables con el medio ambiente (…). El COVID-19 nos tiene que llevar a replantearnos muchas situaciones de cómo veníamos haciendo esto en nuestros países y cómo vamos a erradicar el hambre requiere de acciones novedosas, de creatividad, innovación, tecnología y, sobre todo, de desprendimiento por parte de los sectores que tienen los medios de producción y ponernos a disposición de la humanidad, ese es el gran desafío que tenemos en este momento”.

Aunado a lo anterior, la Embajadora otorgó algunas cifras a nivel región de la grave situación por la que está pasando la sociedad internacional en su conjunto a causa del COVID-19: Vamos a tener un 13% de personas desempleadas que han perdido sus trabajos, miles de personas que no tienen con qué ganarse la vida. Lo que está en juego realmente es el hambre y cuando está en juego el hambre, lo que está en juego es la sobrevivencia”.

Finalmente, y aunque gran parte de la responsabilidad del Reto Hambre Cero corresponde a los gobiernos, la Embajadora nos cuenta cómo podemos los particulares ayudar y apoyar a esta causa: “Es fundamental esa corresponsabilidad. Cuando decimos que la responsabilidad es del Estado, es porque son ellos los que tienen que establecer los marcos jurídicos, políticas públicas, con un enfoque en desarrollo y derechos al presupuesto general del Estado (…). Sin embargo, la responsabilidad ciudadana es fundamental y son múltiples las acciones que podemos hacer, por ejemplo, participar en la producción de alimentos: en las casas, en las ciudades se puede cultivar y tener huertos caseros. También hay que trabajar para comprender que no se pueden perder ni desperdiciar alimentos, hoy esa estrategia cobra una importancia fundamental (…) esos alimentos están dejando de alimentar a otras personas. Aprender a alimentarnos es otra estrategia fundamental, saber cómo nos vamos a alimentar es sumamente importante y más en estos tiempos de pandemia. La OMS ha estado impulsando el consumo de 5 frutas y verduras al día o 400 gr. de estas diariamente.

La lucha contra el hambre es más que un precepto moral o una opción política. El derecho a la alimentación es sinónimo para erradicar el hambre y la malnutrición en el mundo. Estos dos factores no sólo representan uno de los desafíos más grandes para el Reto Hambre Cero, sino que además delatan la discriminación y exclusión social de nuestra actualidad.

Les extendemos nuestro deseo que puedan conocer más sobre las acciones que se desarrollan para cumplir con las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre Cero, así como del importante papel multilateral de la FAO en América Latina y el Caribe, así como en el mundo.

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Twitter: @SusanaAguilar97

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