Inclusión en la Educación: un Desafío que Prevalece

Escrito por: Erick Pavell Galeana Mayo | Jóvenes Plumas

Un ensayo sobre la importancia, progreso y desafíos actuales de la inclusión en la educación.

“No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y acciones de los demás”.
-Yadiar Julián, Doctor en Pedagogía, México.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos dicta que todos y todas tenemos derecho al acceso a la educación gratuita, así como también, nos corresponde una experiencia amena con la cual aprendamos a la par, desarrollemos al máximo nuestra personalidad, nuestras capacidades e intelecto. Sin embargo, este progreso aún en marcha, ha requerido muchos años para lograr la inclusión universal todavía pendiente.

A lo largo la de historia la educación ha sido una construcción social que ha manado de las necesidades del pueblo, y a lo largo del tiempo se ha ido modificando desde las materias de enseñanza, hasta quienes son las personas con derecho a asistir.

En un comienzo, esta construcción social beneficiaba a una parte selecta de la población, aquellos con un statu quo privilegiado y que gozaban de ciertos derechos que otros no tenían. Fue con el transcurrir de las centurias, del levantamiento de voces y de las constantes luchar por la igualdad, que los grupos poblacionales que no tenían acceso a una educación, poco a poco fueron integrados a la lógica del derecho humano universal. Así pues, hace varios ayeres la educación era únicamente para niños provenientes de familias con solvencia económica, después, paulatinamente este derecho fue adquiriéndose por la totalidad la niñez; sin embargo, no hace más de dos siglos, por poner un ejemplo, que el Derecho a la Educación se otorgó en Europa, dada de forma desigual y discriminatoria a las niñas, primero en sus hogares, y lentamente, fue igualitario en las escuelas para ambos géneros. Cabe mencionar que fue apenas en los años 70 que surgió la Ley General de Educación que reconoce el derecho a la educación de las mujeres en las mismas condiciones que los hombres.

Todo lo anteriormente mencionado nos indica que los problemas que predominaban desde épocas longevas, hoy en día, después de tanto, han ido disminuyendo con lentitud, y a la par, salen a la luz otros tantos problemas latentes pero que ahora son puestos en el foco de las discusiones.

En nuestra actualidad, algunos de los problemas referentes a la educación que continuamos invisibilizando están en torno a la inclusión. Venido desde el siglo XIX —con un gran paso en hablar de la Educación Inclusiva— su progreso en el tema fue poco reflejado en los productos sociales. Respecto, a la inclusión de las personas con alguna discapacidad, las condiciones de acceso igualitario eran inadecuada, en aspectos tan fundamentales como las condiciones del espacio hasta el uso de las palabras peyorativas en estas, tal es el caso de la “Escuela para Retardados” fundada en 1839 o la “Escuela para Anormales” fundada 10 años después; estos términos despectivos perduraron dentro de la sociedad e instituciones durante varias décadas; en España, todavía en 1970 se redactó una orden de Asistencia a los “Subnormales” en la Seguridad Social. De igual forma, existieron otras tantas que —pese a no otorgar a sus alumnos una experiencia totalmente satisfactoria e igualitaria— influyeron en los cambios que acontecieron hasta llegar a nuestro presente.

Hoy en día, de 194 países soberanos en el mundo sólo cinco poseen políticas de Educación Inclusiva que las ponen en práctica; dos de ellos se encuentran en América Latina. Las demás naciones mantienen políticas en torno a la Educación Inclusiva, empero no las llevan a cabo, concluyendo en letra muerta.

Por otro lado, uno de los avances que hemos tenido referente a este aspecto, es el cambio conceptual que tuvimos sobre las personas con particularidades. Es decir, a lo largo de la historia, las personas con discapacidades habían sido vistas como una carga, incluso en la antigüedad estas eran abandonadas a su suerte por culpa del arcaico pensamiento sobre la discapacidad como un castigo divino, y nadie debía otorgar ayuda. Apenas en el anterior siglo, en las primeras escuelas, asambleas, reglamentos y declaraciones sólo hablaban sobre las limitantes de las personas con discapacidad haciendo entender que estas sólo tenían trabas en su cotidianidad.

Actualmente existe la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud: versión para la infancia y adolescencia: CIF-IA la cual, habla acerca de las capacidades y actividades que pueden desempeñar las personas con distintas condiciones; dicho documento es un reflejo del mayor logro que hemos alcanzado en cuanto a la Educación Inclusiva. En él se describen los contextos de las personas con discapacidades, así como también se dan lineamientos para tratar con personas con alguna discapacidad. Aún así, requiere arreglos motivo de su lexicología clínica entendible sólo para especialistas.

Leer: Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud: versión para la infancia y adolescencia: CIF-IA

Hoy por hoy, aún hay desandes dentro de la Educación Inclusiva, ergo, todo los problemas que hemos solucionado, y lo tanto que hemos avanzado en este tema, son preludio de que a que pesar de los errores, debe continuar su progreso.

En lo que refiere a las cuestiones por mejorar, son pocas y sencillas, pero fundamentales; lo imprescindible es la empatía y el anhelo de ser parte del cambio en aras de una mejor sociedad. Algunas de estas cuestiones que significan un estanque dentro de la inclusión en las aulas y sus soluciones son:

1. Espacios públicos inaccesibles: Uno de los problemas más notorios, del cual basta observar en nuestros alrededores para percatarnos de él, son los espacios públicos intransitables para personas con alguna discapacidad. Es necesaria la modificación de estos espacios públicos, para que así todas y todos transitemos libremente y con seguridad. No falta la escuela en la cual alberga rampas muy empinadas en donde las personas en sillas de ruedas no puedan andar con libertad, o sin ayuda de otro.

2. Capacitación de docentes en la lectura de brailles y el idioma de señas: Todos los docentes, de cualquier nivel educativo, deben tener capacitación por obligatoriedad del idioma de señas y la lectura de brailles.

3. Cambio de Paradigma de las Escuelas para Niñez con Discapacidad: Esta propuesta es la está ligada con la anterior. Todos los maestros y maestras deben tener capacitación en la lectura de brailles, así como también en el idioma de señas, ya que las escuelas con discapacidades, progresivamente deben ser las misma que las escuelas generales, interactuando todos en conjunto. Al haber escuelas para niñez con discapacidad lo que se provoca es la exclusión social. Recordemos que en 1975 se estableció la declaración de Salamanca, la cual dice: “Todas las escuelas deben acoger a los niños y niñas, independientemente de sus condiciones personales, sociales y culturales”. Si queremos que un niño o niña con discapacidad desarrolle plenamente su personalidad no debemos excluirlo del resto que no posee alguna discapacidad. Por tanto, los docentes deben estar preparados para dar clases de una manera amena a todos los niños y niñas. Recopilemos la experiencia de uno de los cinco países que mantienen políticas de educación inclusiva y las ponen en práctica, el cual es Chile, país en donde los niños y niñas con discapacidad son acogidos dentro de las escuelas en conjunto a aquellos que no poseen discapacidad, y se les otorga una cátedra amena, con la cual pueden desarrollar al máximo su intelecto.

4. Material inclusivo dentro de los centros de estudio: Sí, material inclusivo. Toda escuela debe tener en sus bibliotecas libros de braille para todo el alumnado que lo requiera y disfrute de la lectura.

5. Departamentos psicológicos dentro de los centros de estudio: Todas las escuelas deben poseer departamentos psicológicos para todo aquel alumna o alumno que lo requiera. Solemos amenguar la salud mental, recordemos que existen alumnos con diversas condiciones, tales como lo pueden ser: ansiedad, depresión, bipolaridad, déficit de atención, autismo, compulsividad, entre otros. Por tanto, deben haber psicólogos para tratar con aquel alumno que lo requiera en su momento adecuado.

6. Pláticas sobre diversidad sexual: El primer país en el mundo en hablar sobre diversidad sexual en sus aulas es Escocia. Debemos adoptar esto, teniendo en cuenta la variada diversidad sexual que existe en la actualidad. Ignorar también es exclusión. Comúnmente, en la educación primaria o secundaria se imparten clases sobre sexualidad, en la cual, consecuente de pensar en que todo el alumnado comparte una misma orientación sexual se excluye las distintas orientaciones. Evitemos que nuestros niños y niñas crezcan siendo unos jóvenes llenos de incertidumbres al no conocer la diversidad sexual que hoy abunda, y por tanto, no saber cómo identificarlo.

7. Clases de idiomas originarios: Existen niñas y niños provenientes de pueblos indígenas. A todos y a todas nos deben enseñar este mismo lenguaje; reiterando que ignorar también es exclusión. Y si sabemos que hay lenguas que desconocemos, que son originarias de nuestra nación, que innumerables estudiantes la poseen como materna, ¿Por qué no enseñarla dentro de nuestras aulas?

8. Enseñar sobre las diversas culturas que existen en nuestra nación (sin excepción): Esto mismo lo menciono, porque por lo menos en México en los libros de texto se acostumbra hablar sobre nuestros antepasados indígenas, pero hay una cultura aún vigente que ha aportado mucho a nuestro país e ignoramos —tanto su historia, su gastronomía, sus costumbres, su cultura, y sobre todo: su lucha—, la cual es la cultura afrodescendiente. Probablemente, muchas personas al leer esto se sientan intrigadas por no saber lo tanto que nuestros antepasados africanos han otorgado a nuestra nación. Incluso, puede lleguen a consumir alimentos, a bailar canciones, a utilizar palabras, o a hablar de historia, sin saber la influencia que han tenido los africanos en todo esto.

De nuestra parte como ciudadanos, queda cavilar en el tema, pensar en nuestros privilegios, en las necesidades de los demás, y sobre todo en concientizar al prójimo. Podemos empezar de nuestras casas, instruyendo a nuestra familia sobre lo diversos problemas que acechan a ciertos alumnos y alumnas, para así ir poniendo nuestro granito de arena. Seamos el relevo generacional que la sociedad necesita. Somos parte del presente, y el futuro es nuestro. Por un mundo más inclusivo, pongamos nuestras acciones en marcha.

Twitter: @erickgaleana12

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