Parálisis y oportunidad ante las elecciones globales 2018

Por: Doraisa González

Ante un entorno de incertidumbre política y de indiferencia por parte de la ciudadanía hacia sus gobernantes, nos encontramos ante un 2018 de elecciones presidenciales y legislativas estratégicas alrededor del mundo que pueden reconfigurar el panorama político y económico.

Con la llegada inesperada de Donald Trump y con la retirada de Reino Unido de la Unión Europeo, sólo se agudizó las crisis financieras a nivel mundial.

Ahora América Latina, algunos países de África, Asia, la Unión Europea y Rusia tendrán votaciones acechadas por preocupaciones de la sociedad y los políticos de encontrar una vía adecuada para responder a los efectos externos, y que no muestran una ideología que los fundamente.

A pesar de que los partidos mantienen en su forma, un pasado contenido de divisiones ideológicas por la bipolaridad del mundo, hoy en día, a las juventudes les interesa erradicar la corrupción con un escepticismo en la democracia electoral.

Hay casos que pronostican cambios en regímenes poco líquidos como, el de Cuba, donde Raúl Casto ha convocado a elecciones después de suceder a su recién fallecido hermano, Fidel Casto desde el 2011; y de Venezuela, que se ha mantenido en una seria crisis económica, a convocar elecciones poco certeras por el hoy en día heredero chavista, Nicolás Maduro, quien impide la entrada de algunos partidos opositores desde las elecciones municipales del país.

Mientras que, también se contará con elecciones presidenciales en Costa Rica, tendiente a un centro derecha, después del anuncio del presidente Guillermo Solis de estar en una situación crítica por no contener el gasto nacional y la deuda externa; asimismo Paraguay donde se refleja una cercanía a la derecha tecnócrata.

No hay que descartar la posibilidad de re-elecciones en Honduras después de un poco certero y transparente triunfo de Hernández ante los ojos de gran parte del segmento de la población hondureña y de la propia Organización de los Estados Americanos OEA, pero con el visto bueno de los Estados Unidos.

De igual forma, se encuentra en los países a presenciar elecciones, a Colombia, que por sorpresa se contará con la participación de la FARC como partido político, ahora con el nombre de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común; y que también ha mostrado la postulación de candidatos independientes que no tienen un historial partidista o de otro rubro elitista.

Si bien, parte del consecuente escepticismo de la ciudadanía a sus gobernantes es buscar vías poco convencionales como los candidatos independientes, no siempre han resultado como la mejor opción, sin embargo, continua la tendencia a este punto y a la credibilidad en temas concretos como el cuidado al medio ambiente, con los cuales los movimientos sociales han tenido un poder mayor en el siglo XXI.

Agregado a la lista electoral latinoamericana se encuentra Brasil y México, el primero con la postulación a su reelección de Lula da Silva, después de que los miembros de su partido como Dilma Rousseff hayan sido calificados de participar en actos de corrupción fiscal.

Para la coyuntura de México, se tendrá una de las elecciones más controvertidas en su historia contemporánea, con un candidato del Partido Revolucionario Institucional PRI no miembro, José Antonio Meade; una coalición de partidos ideológicamente polares, el Partido Acción Nacional PAN y el Partido de la Revolución Democrática PRD, como su candidato, al ex presidente del PAN y el más joven, Ricardo Anaya; y finalmente, del tres veces candidato a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador con su recién creado partido Movimiento Regeneración Nacional MORENA.

A pesar de los pronósticos no existe certeza en considerar a un posible ganador, al considerar que Meade a pesar de tener el peso de un partido con votos duros en gran cantidad, tiene por detrás la mala administración del actual poder ejecutivo; que para la situación de Anaya, ha solidificado alianzas estratégicas pero aún debe re-unificar a su partido de origen y el de coalición; finalmente con los repuntes positivos de MORENA en las elecciones pasadas, Andrés Manual, no tiene un sistema interno sólido que permita su movilización, pero la popularidad es innegable.

Agregado a estos hechos, dentro de la Unión Europea UE, se tendrán elecciones en Finlandia, Irlanda y República Checa; y legislativas con Hungría, Suecia e Italia, donde se establece una agenda de discusión a favor o en contra de la migración con figuras de derecha extrema. La definición de las votaciones como el año pasado serán fundamentales para recargar el peso en la balanza en la toma de decisiones en las elecciones del 2019 de la UE.

En este tenor, pero menos incierto se encuentra el gigante euroasiático, Rusia, donde el líder del Kremlin, Vladimir Putin ya anunció su postulación como candidato independiente, que de ganar se convertirá en una de los mandatarios más longevos en el país ruso después de Stalin; similar a la recién electa Angela Merkel en Alemania.

Para terminar, el continente africano, presenciará elecciones en Malia, Libia, Camerún, Sudán del Sur y Egipto, donde las disputas internas continúan; y por parte de Asia, Irak y Pakistán realizan votaciones con diferencias entre los grupos musulmanes, en el primero con el deseo de independencia de los kurdos y el último afectado por el terrorismo y la queja a las evasiones fiscales, del caso Panama Papers.

Ante los medios de comunicación con inmediatez en la transmisión de información, se puede ver que los casos de paraísos fiscales como el Panama Papers y Odebretch, han generado una preocupación mundial por la falta de legitimidad, y por el otro lado, a pesar de que en la región occidental se van borrando las líneas ideológicas en Oriente Medio, se hacen más claras las disputas religiosas.

El terrorismo y el crimen organizado ha traspasado todas las líneas tanto en los países de renta baja, como en los que mantienen la media y alta.

Ahora, se cuestiona la efectividad del sistema democrático general, que la población de cada nación no ve reflejado el cumplimiento de las promesas de campañas, con un aumento los problemas de seguridad y pobreza, simultaneo a darse cuenta de estas evasiones fiscales.

En los periodos electorales hay un gasto de recursos directos e indirectos que provoca una la parálisis del sistema gubernamental durante ese año si en menor medida del anterior y consecuente.

Tan sólo este año con la aprobación en México de un gasto para las elecciones de 6 mil 788 millones 900 mil 16 pesos, el más alto en la historia, por el temor de recibir financiamientos de grupos narcotraficantes entre otras élites, la ciudadanía expresa su queja ante la necesidad de reconstruir las zonas afectadas por el sismo.

Habrá que ir planteando formas más efectivas de democracia sin paralizar el sistema, que no se llegue a actos corruptos por los líderes electos y renovar la cultura cívica en la población.

Probablemente deberá ingeniarse otras formas de realizar campañas electorales de manera que no haya una queja por el uso de los recursos obtenidos de la ciudadanía, con temas específicos, formas más económicas y ampliar la cobertura del internet y las redes sociales.

El mundo vivirá uno de los años más debatidos por la definición de posturas ante los sistemas evaporizados que impiden predicciones certeras y políticas adecuadas.

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